Derrick Rose ha sido el protagonista indiscutible de la noche en la NBA. El base batió su récord personal, anotando 50 puntos contra los Jazz para dar la victoria a los Timberwolves.

Una vez acabó el partido, fue entrevistado y no pudo aguantar la emoción, rompiendo a llorar y recordando el duro trabajo por el que ha tenido que pasar.