Estas baterías serán un 30% más compactas y estarán compuestas de azufre frente a las tradicionales, cuyo componente principal es el litio.

Además de Sony, otras compañías del sector como la surcoreana Samsung se han interesado en las baterías de azufre, que podrían alargar la capacidad y la operatividad de teléfonos inteligentes y otros aparatos electrónicos.

La compañía tecnológica Sony, que copa el 8 por ciento del mercado mundial de las baterías, fue la primera en lanzar la batería de litio en 1991 y en la actualidad busca comercializar la de azufre antes que sus competidores.

Sony logró en el primer semestre fiscal de 2015 (entre abril y septiembre) un beneficio neto de 871 millones de euros frente a las pérdidas de 825 millones de euros del ejercicio anterior.