El río Guadiana, a su paso por Mérida, se parece más que nunca al Amazonas. La culpa la tiene una planta tropical conocia como 'camalote'. Se ha instalado en el río desde 2004, cuando algunos vecinos empezaron a abandonarlas después de haberlas comprado como planta decorativa porque crecía demasiado.
Su presencia es tan abundante que se ha convertido en un grave problema para el ecosistema del río: ha fulminado con otras especies, y ha acabado con peces y otras variedades subacuáticas.
Desde hace diez años luchan contra elcamalote, sin claros resultados. La Confederación Hidrográfica del Guadiana retira, a diario, entre 150 y 300 toneladas de camalote.
Pero a pesar de los esfuerzos, la planta crece y crece sin parar. Por eso, algunos vecinos, tienen la sensación de que se está malgastando dinero público.
La única posibilidad para acabar con el camalote, según los expertos, sería un tratamiento agresivo con productos químicos. Una solución que, de momento, parece imposible por su prohibición.
Hasta amenazas de muerte
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