La reciente comprobación de que hay agua en Marte ha reflotado algunas de las incógnitas que desde los tiempos más remotos el hombre ha procurado dilucidar: ¿Estamos solos en el Universo? ¿Podemos explorar otros planetas?

El doctor David Holmes, biólogo computacional y astrobiólogo del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor de Chile y de la Fundación Ciencia y Vida, que encabeza la investigación, está convencido de que hay otros territorios habitables fuera de nuestra galaxia, que en el futuro podríamos explorar.

"Estudiamos esos ambientes para saber qué pudo haber pasado en este planeta o para comprender lo que podría suceder en otros que aún no conocemos", señala Holmes, de origen británico y con más de 20 años de trabajo y residencia en Chile, adonde llegó a trabajar en la minería.

El desierto y altiplano chileno son territorios análogos que reflejan la realidad de Marte, subrayó el investigador en un documento. "Estoy absolutamente seguro de que existe vida en alguna parte del Universo, al menos en forma de pequeños microorganismos.

En lunas de planetas como Júpiter o Saturno, o en zonas de Marte y Venus puede haber vida microbiana, organismos unicelulares como los que encontramos en la Tierra", comentó.

Estos mismos microorganismos, precisó, pueden ayudar a explicar muchas interrogantes, entre ellas la aparición de vida hace unos 4.500 millones de años, cuando la Tierra tenía altísimas temperaturas y era bombardeada por grandes cuerpos terrestres y planetarios.

"Los extremófilos del norte de Chile son buenos para entender, por ejemplo, cómo comenzó la vida, qué clase de fuentes de energía habrían utilizado entonces. Elementos como hierro, azufre e hidrógeno, estaban disponibles en la Tierra primitiva y también ahora en esos territorios, nutriendo a estas especies que pueden sobrevivir con energía química inorgánica", señaló.

Hoy se tiene casi la certeza de que Marte tuvo un extenso océano tal vez hasta hace 2.000 millones de años, tiempo suficiente para que surja la vida, pero esas aguas comenzaron a desaparecer, pronto solo quedaron mares y luego lagos, hasta que el planeta se volvió completamente seco.

Ahora el agua permanece sólo en un lago descubierto debajo de su polo sur y quizás bajo tierra en otros lugares. Para Holmes, los lagos y salares del Altiplano chileno y boliviano son análogos para esa desecación, son fríos y están bajo una intensa radiación solar, al igual que Marte.