Volvo S60 Cross Country: La única berlina crossover

El Volvo S60 Cross Country es un vehículo un tanto peculiar y casi único en su especie. Toma la base del S60 convencional pero adopta algunos elementos típicos de los crossovers, algo que es relativamente habitual en turismos familiares pero no en berlinas de tres volúmenes. Lanzado al mercado casi como un experimento para la firma, el S60 Cross Country se reconoce por su carrocería sobre-elevada, las molduras plásticas por todo el contorno de la carrocería, los espejos retrovisores en color negro y las llantas de aleación de diseño específico. Otro detalle característico es la moldura inferior que simula el cubre-cárter.

En el interior hay pocos cambios en relación al S60 convencional aunque la postura al volante es algo distinta al ir sentado un poco más alto. La calidad de los materiales y la presentación están a buen nivel, siendo la consola central plagada de botones pequeños la única cosa criticable. Las posibilidades de equipamiento son amplias aunque para poder gozar con una dotación muy completa es necesario pasar por caja y las opciones no son nada baratas. Pueden tener alerta de cambio de carril, detector de objetos en ángulo muerto, frenada de emergencia, faros inteligentes, control de crucero adaptativo, aviso por colisión, tapizado en piel, asientos eléctricos y térmicos, etc.

Los mismos defectos del S60 convencional se extienden al Cross Country, con un habitáculo algo escaso dadas sus dimensiones. En las plazas posteriores las cotas no son holgadas, con una anchura muy justa para tres adultos. El acceso mejora algo gracias a la mayor altura del conjunto aunque hay que prestar atención al techo cuando se accede. En el mercado español el único nivel de acabado disponible es el denominado Summun que viene muy bien equipado de serie. Entre otras no faltan el climatizador automático, arranque por botón, tapizado en piel, sistema de audio con pantalla de cinco pulgadas, sensor de parking trasero, etc.

La oferta de motores en gasolina se limita al 2.0 T5 que desarrolla 254 CV de potencia que se combina con el sistema de tracción total a las cuatro ruedas y al cambio automático con seis velocidades. Es una alternativa muy rápida pero poco económica. En diésel se puede pedir con el 2.0 D4 de 190 CV asociado a una caja de cambios manual o automática, esta última con ocho velocidades. La tracción es sencilla al eje delantero, de modo que si se desea la integral a las cuatro ruedas es necesario optar por el 2.4 D4 con idéntica potencia y cambio automático de seis velocidades.