La perdición de Enrique Crespo empezó con unas imágenes de laSexta Noticias. Crespo era un hombre con mala racha, alcalde de Manises en sus horas más bajas, llevaba dos meses imputado por la quiebra de Emarsa, una empresa de depuración de aguas de Valencia.
Pero un número hizo cambiar su suerte el 22 de diciembre de 2011, el 53.404, el número de la euforia en el PP de Manises. Él mismo había comprado los 160 décimos que ahora salpicaban de champán la sede de su partido.
Consciente de que todos sus bienes iban a ser embargados por el descalabro de Emarsa, Enrique Crespo solo reconoce ante el juez tener uno de los décimos premiados. Según la fiscalía se quedó con más de 1.800 euros en décimos, 99 para ser exactos, más de 12 millones de euros en premios, pero solo cobró un décimo.
Los 159 restantes, los cobraron uno a uno sus familiares en distintos bancos de Manises. Toda una tramada por el exregidor, con la que según la Fiscalía, pretendía eludir el pago de sus responsabilidades civiles si le condenaban por el Caso Emarsa.
El exregidor creyó que, al menos, así, salvaría una parte de su fortuna, pero el tiro le salió por la culata. Ahora la fiscalía pide para él tres años de cárcel y una multa de 27.000 euros por un delito de alzamiento de bienes.
La fiscal también ha pedido al juez que reintegre en el patrimonio del excargo público los 12,3 millones de euros, procedentes del premio de lotería, bloqueados en las cuentas de sus familiares, para que así puedan serle embargados.
Se enfrenta a 14 años por el hundimiento de ENRESA. Una pena mínima comparado con los 14 años de cárcel por el hundimiento de la empresa de aguas y una fianza de 25 millones de euros, lo que se calcula que habría desviado de la sociedad pública.