Cuando Pedro Sánchez anunció que las elecciones generales iban a celebrarse en pleno mes de julio, España estalló. "La gente ya tiene vacaciones, billetes, hoteles... y, además, [es] puente estratégico en varias comunidades", se quejaba un usuario, sugiriendo los problemas a los que se iban a enfrentar los votantes. "Nunca hubo elecciones en pleno julio y por sorpresa. Va a condicionar y alterar las vacaciones de miles de familias españolas que han trabajado todo el año para ello", añadía otro. Más allá de algunas de estas afirmaciones, incorrectas —en 2020 Galicia y Euskadi celebraron elecciones autonómicas en el mes de julio—, la posibilidad de que muchos españoles estuvieran de vacaciones estaba prevista.

Es por eso que el sistema de voto por correo se activó enseguida, y desde el mismo 30 de mayo se abrió la posibilidad de solicitar las papeletas para poder ejercer el voto a distancia sin que esto perjudicara al merecido descanso de muchos. Sin embargo, aunque unas elecciones sean en julio, tiene que haber gente para constituir las mesas electorales. Los sorteos de las personas que conformarían las mesas se celebraron a finales de junio, por lo que desde el 24 de junio se empezó a notificar a todos aquellos que habían sido llamados a integrar las mesas electorales, como primeros candidatos pero también como suplentes.

Y el 29 de junio, cuando las notificaciones estaban aún en marcha, el BOE publicó una actualización de las excusas o motivos por los que un ciudadano podría 'librarse' de esa mesa electoral. Además de las circunstancias comunes, que se repiten en cada proceso electoral, el documento incorporaba como excusa la reserva de vacaciones anticipada, siempre y cuando ésta estuviera realizada antes de que se convocaran las elecciones, el 29 de mayo. ¿Pero qué pasa con los que organizaron sus vacaciones después? Para estos, habrá quedado a criterio de la junta electoral que cuente o no como excusa para 'librarse'.

¿Qué pasa si no acudes a la mesa electoral?

La sanción no es leve. En el artículo 143 de la LOREG contempla los castigos al abandono de la función de presidente o vocal, pero también de sus suplentes, considerados "delitos". Tanto las personas que hayan sido convocadas como presidentes o vocales o sus respectivos suplentes estarán incurriendo en un delito si no se presentan en el local electoral o, en caso de hacerlo, dejan de desempeñar sus funciones, "las abandonan sin causa legítima o incumplan sin causa justificada las obligaciones de excusa o previo aviso".

Así pues, si un ciudadano presentó su excusa pero ésta no fue admitida e incluso así opta por no presentarse puede encontrarse ante una "pena de prisión de tres meses a un año" o una multa de seis a 24 meses. ¿Y se multa y sanciona realmente? Mucha gente piensa que si finalmente se constituye la mesa, a nadie le importará que uno de sus convocados no haya acudido a la cita.

Pero lo cierto es que sí ha habido casos en los que se ha sancionado a gente que no ha acudido a la mesa e incluso a gente que lo hizo, pero llegó tarde. En 2014, por ejemplo, Nuria Zurita presentó su excusa para librarse de una mesa electoral en Hervás (Cáceres) a la que había sido convocada a propósito de las elecciones europeas, alegando "motivos de conciencia". "Yo no creo en este sistema", aseguraba, de la mano de su abogado al diario 'Hoy'. La Fiscalía comenzó pidiendo una multa de 4.800 euros para Zurita, que luego rebajó a 2.400 euros. Finalmente fue condenada, aunque la multa se quedó en 270 euros.

En 2015, el juzgado de lo penal número 7 de Palma de Mallorca condenó a un hombre que había sido nombrado presidente de la mesa para las mismas elecciones, las europeas de 2014, y que no acudió sin justificación. La multa fue de 2.880 euros (ocho meses de multa, a cuota diaria de 12 euros), además de una inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo durante tres meses. El hecho de que se olvidara, señaló la sentencia, no era excusa.

Cristina, de 18 años, fue convocada como suplente de presidente de mesa electoral en noviembre de 2011. "Me quedé frita", aseguraba a 'elDiario.es'. La Fiscalía pidió 6.000 euros de multa, aunque luego se redujo a una sanción de 540 euros. Jesús, también de 18 años, fue convocado como suplente para las europeas de 2015; llegó tarde, unos 40 minutos, y al ver que no hacía falta que se quedara se marchó sin firmar el acta de asistencia. Acabó en juicio, pagando 340 euros de multa y con temor a entrar en la cárcel.