Emiliano García-Page ha dado las primeras pinceladas de lo que será su gobierno durante los próximos cuatro años tras haber obtenido una mayoría absoluta en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo. El presidente de Castilla-La Mancha ha asegurado que una de sus prioridades será reformar el Estatuto de Autonomía para eliminar, ha dicho, el "tapón" que supone en el sistema electoral.

"Está mal pensado. Es increíble que aún aumentando los votos se pueda impedir el Gobierno de la gran mayoría", ha expuesto el presidente. Actualmente, Castilla-La Mancha cuenta apenas 33 escaños, repartidos en las circunscripciones de las cinco provincias, por lo que adquirir un acta de diputado es muy difícil. De hecho, nunca han logrado llegar a las Cortes más de tres partidos. Otro de los escollos de esta ley autonómica es que obliga a las mayorías absolutas. De hecho, si no hay una mayoría absoluta o simple con más síes que noes la lista más votada preside el Gobierno autonómico.

Además, Page ha indicado que en el proceso de toma posesión de su cargo presentará un programa "muy ambicioso a desarrollar en los próximos 8 años" y ha lanzado un mensaje al Gobierno central en el Día de Castilla-La Mancha: "Esta tierra puede dar ejemplo por España. No entrar en dinámica frentista, de moderación, para ser radical valemos todos". En este sentido, ha llamado a la moderación y ha pedido "que nadie se sienta que sea enemigo por ser de otra formación política": "Se van a sentir representados en un Gobierno de todos. Solo los que busquen enemistad, conseguirán una enemistad".

Así, el presidente autonómico ha asegurado que desea años de estabilidad y certidumbre para Castilla-La Mancha, y ha llamado a "recuperar alta capacidad para acuerdos de Estado, que transciende las generaciones". "No hay momento más exitoso que lo andado desde la Constitución. Hay que seguir defendiéndola. Y nadie se debe apropiar", ha destacado.