Desescalada es la palabra del momento. Es lógico: seguimos siendo lo suficientemente ilusos como para pensar que nuestra vida volverá a ser normal y a cualquier indicio que nos imaginamos nos tiramos ilusionados como chiquillos. Es normal, es humano. En cualquier caso, la lenta desescalada llegará, porque así lo dicen los números, un nuevo confinamiento en otoño-invierno nos sobrevendrá, porque así lo dice la lógica y la historia, y tenemos que estar preparados para todo.

Pero claro, desescalada es desescalada: llegará en todos los aspectos de este mundo confinado. Y ahora hay gente que tiene que modificar muchos actos poco a poco, en fases, y aquí propongo algunas cosas que ya podemos ir haciendo:

- Empezar las aplausadas a las 20:00. Sabemos que son a las 20:00 y que empiezan entre las 19:56 y las 19:58. Para ir desescalando, podemos ir empezándolas a su hora, acabándolas un poco antes (aunque esto es más difícil porque no está reglado) y ya ir dejando de saludar a los vecinos, para cuando regresemos a la normalidad, volver a ignorarlos en el ascensor.

- Hacer aplausadas en días alternos. Irlas reduciendo, para no pasar de todo a nada, o ir aplaudiendo ya por portales: los pares lunes miércoles y viernes, los impares martes, jueves y sábados, y domingo descansar por si queréis ver misa.

- Ir quitándonos de los directos de Instagram, tanto de hacerlos como de consumirlos. Apelo aquí a la responsabilidad de cada artista, periodista o deportista para ir desescalando en la producción. Y sí, me refiero a ti, Ismael Serrano, que has hecho más bolos en pandemia que muchos artistas internacionales en toda su carrera. Ismael, la gente tiene que empezar a asumir que la vida volverá a esa normalidad en la que no todas las semanas se conectarán y te podrán pedir que les toques una canción. Yo prometo ir dejando de verlos.

- Comprar pan y bollos. A ver, si seguimos haciendo pan y postres en casa hay varios gremios que colapsarán, entre ellos, sobre todo, el de las panaderías y las pastelerías. Así que poco a poco habrá que ir volviendo a comprar cruasanes y hogazas. NO AHORA, JETAS, QUE SALIR A POR EL PAN TODOS LOS DÍAS ES DE TENER MUCHA CARA.

- Ir acabando con los diarios de confinamiento. Yo ya estoy intentando publicar menos en este blog y, en general, podemos ir dejando de retransmitirnos haciendo ejercicio en casa o ir ralentizando la periodicidad de las fotos que subimos de las madalenas tan perfectas que nos han quedado.

- Elegir un día para acabar los fastos. Las sesiones de DJ de patio, las aplausadas y demás fastos sociales de balcón hay que acabarlas. Algún día tiene que ser, chiquis. Podemos hacer la desescalada por Comunidades Autónomas (en Madrid, por ejemplo, dejar de aplaudir para San Isidro, que es buena fecha) o pedir que actúe el gobierno. Si lees esto, Pedro, reúnete con un grupo de expertos y ponnos un día para finiquitar esto. Si puede ser, intenta decirlo cuando lo sepas fijo, que se os da regu ese tema.

Yo creo que con esto queda esbozado el plan de la otra desescalada. Pensad vosotros y vosotras otras medidas, que luego nos pilla el toro y lo hacemos todo mal.