Que las peleítas y las luchas de egos en la izquierda tiran para atrás, sí. Que su incapacidad para superar sus diferencias ha restado, creo que también. Que sus candidatos han hecho una campaña electoral muy mejorable, así lo pienso. Probablemente, han permitido que se hablara más de un Madrid de "manteros, okupas y Lenin", que del balance de daños que la corrupción y la deuda de la derecha dejaron en las cuentas públicas. Quizás por eso, hasta Esperanza Aguirre o Aznar se permiten ahora salir a dar lecciones.

Conviene exigir a la izquierda que haga autocrítica, que asuma sus responsabilidades por su división o por no haber tenido la capacidad de superar a la derecha. Ahora bien, que los latigazos de esa flagelación no impidan escuchar a quienes salen a reescribir la historia. Esperanza Aguirre o José María Aznar gobernaron en una de las etapas más corruptas de Madrid y de la política española. Aguirre nos cuenta ahora que el problema de Madrid era "el populismo de extrema izquierda de Carmena" y Aznar que "hay que recuperar los principios del orden liberal".

Robo de dinero público, con comisiones, mordidas, con adjudicaciones fraudulentas, con caja B, con dinero negro, con cuentas en el extranjero… Con corrupción. Aún esperamos justicia. Los escándalos en Madrid fueron una constante durante muchos años, hay votantes que habrán mirado hacia otro lado, pero no creo que Esperanza Aguirre esté ahora como para impartir doctrina. Esperanza señala lo que nos quitan "los manteros" o "los okupas", mientras ella y sus cachorros corren un tupido velo sobre lo que nos quitaron otros.

Ese velo, tan negro como el dinero de los sobres, no puede colar. El PP podrá gobernar, pero no se puede permitir que Carmena pase a la historia señalada como radical, antisistema o mala gestora, precisamente señalada por quienes gestionaron en tiempos de espías, comisionistas, volquetes de putas, Gürtel, Lezo, Púnica o el robo hasta con una Ciudad de la Justicia. Con Ignacio González, Granados y otras ranas de la charca en libertad, sin que hayamos recuperado la mayor parte de lo robado, se pueden perder las elecciones, pero no la memoria.

Fue Pablo Casado quien lamentó hace escasas semanas el daño que la corrupción había hecho al PP. Así lo reconoció después del batacazo en las elecciones generales. Entonces, Vox ya era de extrema derecha para el líder del Partido Popular. Ahora, Aguirre, venerada como luz de las esencias por Casado, Ayuso o Almeida, nos cuenta que en Madrid han ganado "los tres partidos del centro derecha", porque "dan más libertad". ¿Dar? Olvida Esperanza lo que algunos nos quitaron. Esto mientras augura que "con el centroderecha iremos hacia adelante, no hacia atrás", a la vez que ansía pactar con Santiago Abascal, porque "se ha jugado la vida por España". No sería en el chiringuito aquel donde lo colocó cobrando un pastizal.

Cuenta Esperanza Aguirre que fue Isabel Díaz Ayuso quien se inventó la cuenta de Twitter del perro Pecas. Dicen que la gestionaba ella. La cuenta sigue abierta y leo que 'Soypecas' escribió que "ser gestor público es mezcla de formación y experiencia". Por experiencia imagino que quería decir que no es lo mismo gestionar la cuenta del perrito, que más de 20.000 millones de euros de presupuesto público al año. Y en formación, pongamos por caso que no conviene adulterar la historia. Así que no olvidemos lo ocurrido en Madrid. Por más que den lecciones los que más tendrían que callar. El fallecido Pecas escribía siempre en estos casos: "Arggg".