Díaz Ayuso dice que "Madrid hizo espabilar al resto de España", pero cientos de familiares denuncian que sus abuelos murieron por coronavirus encerrados en una residencia, con orden de no ser trasladados a hospitales, agonizando, sufriendo sin ayuda, junto a otros cadáveres, en centros privatizados, sin asistencia médica, que se convirtieron en ratoneras. Eso debió de ser que "Madrid ayudó a despertar al resto del país", según Ayuso.

Hay estimaciones que hablan de casi 6.000 muertos por la Covid-19 en residencias de la Comunidad de Madrid. La presidenta dijo que su actuación fue modélica, frente al "caos" de la Moncloa, pero debe explicar cómo encomendó la salud de decenas de miles de ancianos a alguien sin experiencia: la hija del privatizador de la sanidad madrileña, sin conocimientos de gestión sanitaria, ni médicos, ni medios que evitaran la muerte de miles de ancianos.

Trabajadores de ambulancias subcontratadas a otra empresa privada fueron enviados sin apenas capacidad de auxilio a las residencias, donde se acumularon los cadáveres. El plan denunciado fue dejar a miles de abuelos en los geriátricos, donde cayeron como moscas. No hubo cama para ellos en los hospitales. Ancianos que pidieron socorro, murieron sin asistencia médica. Ayuso se refugió en un apartamento de lujo, desde donde concedió sucesivas entrevistas a las televisiones, presumiendo de su gestión y lanzando dardos al gobierno central.

Cuando Esperanza Aguirre se curó y reapareció para decirnos que ella no privatizó la sanidad, miles de trabajadores sabían que se enfrentaban a la pandemia con la atención primaria colapsada, en hospitales saturados, sin medios y con enfermos que no pudieron ser debidamente atendidos. En las residencias, la anunciada "medicalización" dejó a cientos de trabajadores esperando una ayuda que no llegó, con abuelos agonizando sin morfina, cadáveres que se recogían días después, empleados desbordados que se contagiaban y que hicieron llamadas sin respuestas.

Empresas que gestionan residencias de ancianos con dinero público se preocupaban por su reputación y de que "no se colara" ningún periodista que captara lo que estaba ocurriendo. Ayuso decía que todo estaba bajo control o acusaba a los "socialcomunistas" de lo mal que lo estaban haciendo. La presidenta que nos dijo que ella no pacta "con el desastre" o que "el PSOE y Podemos usan la mentira para mantenerse en el poder", aún debe explicar por qué su consejero de residencias, de Ciudadanos, dejó por escrito advertencias de que "muchos residentes fallecieran en condiciones indignas" o de incurrir "en una discriminación de graves consecuencias legales".

"Como sigamos así, nos vamos a hacer los reyes y los amos de la gestión sociosanitaria de Madrid. Vais a hacer que mi sueño se consiga… Tener mi propia empresa. Flipo colorines", dijo la hija del privatizador, en mitad de una gestión caótica. El gestor de las ambulancias terminó denunciándola por impago, la llamada "operación Bicho" dejó miles de ancianos muertos en las residencias… Ayuso, a lo suyo, desafió al gobierno: "Esperen a que la gente salga a la calle, porque lo de Núñez de Balboa les va a parecer una broma". Hoy, cientos de familiares piden respuestas. Muchos de ellos la han llevado a los tribunales por dejar sin asistencia a los abuelos.