La alcaldesa de Móstoles contrató a su hermana para llevar las redes sociales, contrató a una amiga para coordinar el gabinete municipal, ascendió a su tío y le subió el sueldo a su expareja. Además, fichó a un odontólogo, amigo de su amiga, para gestionar asuntos de urbanismo.

Vaya por delante que no me cabe en la cabeza que un cargo público no vea con claridad que este tipo de decisiones no se pueden tomar. En política, y yo diría que casi en ningún sitio, no cabe el nepotismo y tampoco nada que se le parezca. Tan importante es lo que no puedes hacer, como lo que no debes hacer, aunque puedas. Y es que la alcaldesa, Noelia Posse, alega en su defensa que no ha cometido ninguna ilegalidad.

Sin embargo, en política no se trata solamente de cumplir la ley sobre todas las cosas, sino de exhibir comportamientos éticos, ejemplares. Ella dice estar muy cabreada consigo misma. Normal. Si, como asegura, no se dio cuenta de que el enchufismo era un error hasta que no fue abucheada por sus vecinos en un acto público, es obvio que debería rodearse urgentemente no de familiares y conocidos, sino de personas expertas que sí lo vean y eviten estos problemas tan complicados de disolver a posteriori.

Y es que Posse justifica los nombramientos alegando que se trata de cargos de confianza y por eso, explica, eligió a familiares y amigos para cobrar de lo público. Sí, claro. De confianza seguro que eran. Lo que ocurre es que no es bonito; ni siquiera en el caso de que los elegidos tuvieran preparación y formación para aquello que iban a desempeñar. Solo sería aceptable si fuera cierto lo que dijo una vez la actual vicepresidenta en funciones, que "el dinero público no es de nadie". Así se gobierna más cómodamente, desde luego. Pero la realidad es que con tu dinero, lo que quieras; con el de todos, que es de todos, no.

La regidora, en este caso, pertenece al PSOE. La pregunta es qué hubiera dicho ella si, por ejemplo, el candidato del PP en Móstoles hubiera hecho exactamente lo mismo. La respuesta es sencilla. En ese caso, sí se habría dado cuenta perfectamente de que enchufar a hermanos, tíos, amigos íntimos y amigos de sus amigos no tiene un pase.

Posse estaría haciendo lo que ahora hace con ella la oposición de Móstoles: amenazar con reprobaciones o rupturas del pacto de gobierno. Exactamente lo mismo. Estoy segura, porque en política suele ser así: ves la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.

La alcaldesa ha asegurado que no piensa dimitir, porque fue un error ya subsanado. Añade, entre otras cosas, que quiere seguir gobernando porque tuvo el apoyo de sus vecinos. Sí, pero le votaron antes de saber que iba a convertir el consistorio en un agencia de colocación. Yo creo que terminará fuera del ayuntamiento. Estos "errores" no se pueden tolerar y sería bueno que todos nuestros representantes públicos fueran capaces de distinguir lo que está bien de lo que está mal. Que tampoco es pedir mucho.