-¿A cómo va el kilo?

-Si se lleva la pieza entera, vamos si se lo lleva vivo, se lo dejo a 27 por día.

-¿27 euros? Oiga, que el animal ha estado madurando en la celda de la cuadra durante dos años.

-Pues es lo que hay y si no le gusta vaya usted a reclamar a la OCU o al Ministerio, pero aquí me pone que son 27 euros y dice el jefe que no rebaje ni céntimo.

-No, si veo que no me ha entendido, que le digo yo que 27 euros es muy poco para tanto sacrificio. ¿De verdad me va a cobrar sólo 27 euros? ¿Pero si sólo el mantenimiento estos dos años del pobre animal les ha costado 5 veces más? Sólo el forraje, el veterinario, la calefacción, la luz y todo lo demás deja los 27 euros en una propina. Más que venderlo, parece que se quieren desembarazar de él.

-Es que, mire usted, entre usted y yo, este animal nos estorba, casi le diría que nos da mala imagen e insisto, sin que esto salga de aquí ¿eh,?, nos los queremos quitar de encima. De ahí el precio. Usted me entiende, ¿no?

-¿Desembarazase de él? ¿Quitárselo de encima a precio de saldo? Pero si me habían dicho que es un animal hermoso, un pura sangre, el jefe de la manada…

-Sí, pero nunca le debimos de sacrificar, nos equivocamos…

-¿Por qué? Esto es un matadero oficial, ¿no?

-Sí, pero, justamente por eso debemos de matar sólo a quien se lo merece y este animal no se lo merecía.

-¿Cómo se llama?

-¿Yo?

-No, usted no. El animal…

-Rosell, Sandro Rosell?

-¿Rosell, el Rosell del que todo el mundo habla? ¿A ese animal que le han tenido a la sombra como un perro durante dos años? ¿Y lo querían matar y despiezar?

-Sí, ese, el mismo. Yo hago lo que me dicen y me ordenan. Oiga, que la cosa no va conmigo. Es el jefe el que no puede tragar saliva cada vez que oye su nombre.

-Pues más a mi favor… ya que la han cagao, suban el precio, ¿no?

-Sí, eso es lo que digo yo, pero el jefe es un capullo, un avaro, uno de esos tipos que ni reconoce los errores, ni mucho menos asumirá responsabilidades. Todos los de su calaña son iguales. Yo, me entiende usted, solo cumplo con mi horario y…

-Pobre animal… nadie le va a devolver esos dos años…

-Sí, es verdad, hay que reconocer que con lo que saque su familia con el despiece y la venta por partes no tienen ni para pagar una de las 600 noches de insomnio, ni la depresión, ni la desesperación que han provocado con esta injusticia.

-¡Qué injusta es la justicia!

-Sí, a la justicia le sale barato ser injusta. Al menos eso dice el jefe cada vez que se enciende un puro…

-¡Qué canallada! 600 días encerrado en una celda mugrienta.

-Sí, como un perro, vilipendiado, menospreciado, ultrajado, desposeído de dignidad. Esa es la verdad… pero le juro que yo no tengo nada que ver con…

-Sí ya sé que usted es un mandao. Yo sólo digo que … cuidado con los perros maltratados. Unos cogen la rabia. Otros aprenden la lección. Éste, a la que se descuide su jefe empezará a ladrar moviendo la cola si es necesario. Vaya a ser que se atragante su jefe con el puro.