Javier Milei estaba celebrando hanuká mientras dejaba a Luis "Toto" Caputo, ministro de Economía, que anunciara en un video encapsulado unas medidas de ajuste brutal que empobrecerán de manera radical a la clase trabajadora y los más vulnerables. Milei no cumplió nada de lo que prometió en su campaña y se ciñó a la ortodoxia neoliberal sociópata propia de la escuela de Chicago. El experimento neoliberal no es más que una continuación del plan chileno en época de Pinochet. El plan de Milei es el mismo que el de José Alfredo Martínez de Hoz en 1976, en la época de Jorge Videla. El plan con el que engañó a todos al final consistía en dolarizar los precios y pesificar los salarios empobreciendo hasta la indigencia a una masa importante de la población argentina. La lucha contra la casta consistía, como siempre, en someter a un ajuste social criminal a las clases populares.

Luis Caputo anunció el "plan motosierra" cumpliendo todos los preceptos de los ultraliberales explicando que el problema de Argentina es el déficit fiscal, que se gasta más de lo que se ingresa, poniendo como ejemplo la economía de una casa para que la gente lo entendiera. La falacia lógica habitual de los liberales que no entienden que si en casa no hay dinero para comer se busca debajo de las piedras, se pide, o se recorta de lo superfluo, pero nunca de lo básico. Lo contrario que han hecho, lo contrario que hacen siempre los liberales, al reducir todo el sistema asistencial y de subsidios de los más vulnerables y poner sobre sus hombros todo el ajuste. Los recortes anunciados incluyen la no renovación de los contratos laborales de la administración con contratos de menos de un año de vigencia, lo que significa más paro. La reducción al mínimo de las transferencias económicas de la administración central a las provincias, lo que implica menos recursos públicos y más paro. La paralización de la obra pública y cancelación de todas las obras licitadas pero no comenzadas, lo que significa un tremendo freno a la producción económica, más paro y cese de servicios públicos. La reducción drástica de los subsidios a la energía y el transporte y una megadevaluación del 118% del cambio dolar-peso oficial que pasa de 366 pesos a 800 pesos. Sirva como ejemplo para comprender el impacto de estas medidas que un ciudadano pasará a pagar 6 veces más de la tarifa de la luz que en el día de ayer. Ese es el nivel de depauperación de las clases populares instaurado por Javier Milei en sus primeras 48 horas de mandato.

El plan es instaurar un shock tan tremendo en las clases populares que unido a la hiperinflación logre que el mercado discipline a quienes no tienen capacidad para comprar y con el tiempo los precios se estabilicen en un nivel que imposibilite el acceso a los vulnerables. La lógica es la misma que tienen la subida de los tipos de interés, crear una depresión tan profunda que los precios dejen de subir por falta de consumo. Diana Mondino, que será la canciller de Javier Milei, dijo ante el periodista Luis Majul que eso supondrá educar a los ciudadanos con el retiro de los subsidios para que no adquieran bienes por la subida de los insumos al no haber control de precios. La lógica es infligir tanto dolor en las clases populares que no quede más remedio que someterse a las dinámicas del mercado, el nivel de paro será tan alto que creará un "ejército en la reserva" de trabajadores para que los salarios puedan ser aun más reducidos. Se ríen de Marx, pero conocía a los Milei antes de que nacieran.

El trilero Milei ha mentido de una manera pornográfica. En solo dos días ha violentado todas sus declaraciones grandilocuentes. Su palabra la ha taladrado con la motosierra con un previsible aumento hasta el 30% del impuesto país. Un libertario anarcocapitalista subiendo impuestos en su primera semana de mandato que no es el engaño más vergonzoso. "No negocio mi moral a cambio de dinero”, decía Javier Milei para hablar de los tratos económicos de Argentina con China. Nunca jamás negociaría con zurdos comunistas, decía. Pero en su primer día mandó una carta a Xi Jin Pin, habiendo pedido a Sergio Massa el contacto, para pedirle al líder comunista chino que garantizara el swap que les permita afrontar los pagos próximos con el FMI y las importaciones con yuanes. No hay palabra dada por Milei que no haya incumplido, pero sobre todo, la más dramática, es la que implicaba engañar al pueblo haciéndole creer que el coste del ajuste se lo llevaría la casta y no las clases populares. Nunca se aprende con dolor, y lo que llega para el pueblo argentino no es más que dolor y hambre.