Laura C. Vela

Editorial: Niños Gratis

Año de publicación original: 2025

Hay mucha gente hablando de Seismily todos tenemos algo en común. Mezclamos en nuestros apasionados circunloquios el pecado y la culpa. Nos vamos justificando antes de cometer el crimen. "Es un libro sobre una violación, pero...". Como si tuviéramos que vencer la reticencia de la pereza que genera un caso de violencia machista. Hay tantos libros contando dramas... Y son todos tan parecidos...

Laura C. Vela despierta la emoción extirpando la autocompasión y el victimismo del relato. Yendo de frente

Digresión: en La parte de los crímenes, de 2666, la inacabable obra de Roberto Bolaño, el escritor chileno describe uno a uno cientos de asesinatos de mujeres sucedidos en Santa Teresa, trasunto de Ciudad Juárez, en México. Hay tantos crímenes... Y son todos tan parecidos... Pero Bolaño te obliga a seguir ahí, a seguir mirando. Y solo así superas aquella lápida que escribió Kant: "La costumbre atenúa la sensibilidad".

Bolañoconsigue hacer despertar la sensibilidad precisamente con la repetición. Y nos hace sentir el horror de la violencia machista, del miedo de ser mujer, de la vulnerabilidad. Laura C. Vela no necesita repetirse para lograr emociones parecidas. Lo consigue extirpando la autocompasión y el victimismo del relato. Yendo de frente. Caminando por los grises de la historia con la calma y la atención de un jubilado. De quien lleva tanto tiempo paseando por esas calles que se conoce hasta el último detalle, aunque no haya hablado de ellos con nadie.

Violación y silencio

La historia es la que sigue: Laura fue una estudiante que descubrió muy pronto que le gustaban las mujeres. Nerviosa y curiosa, con ganas de vivir aventuras y experimentar, chateaba con otros adolescentes por internet y en ocasiones quedaba con ellos para ir a conciertos. Una vez el adolescente con el que había quedado resultó tener más de 40 años, la metió a la fuerza en su coche, la violó y lo grabó.

Desde ese momento, le amenazó con publicar ese vídeo y hacérselo llegar a todo su instituto si se lo contaba a alguien. Con esa amenaza sobre la conciencia de una chica de doce años que ya estaba señalada por ser "la bollera" del colegio, aquel hombre sacó partido de su pavor.

"hay algo muy peligroso y es cogerle miedo a las palabras. Entonces dejas de decirlas"

La escribía cada semana, la llevaba con los ojos vendados a un piso y abusó de ella durante más de un año. Laura no se atrevía a hablarlo con nadie y, como explica ella misma, "hay algo muy peligroso y es cogerle miedo a las palabras. Entonces dejas de decirlas".

Cuando por fin reunió fuerzas para contárselo a una amiga, las cosas se desencadenaron. La respuesta de la directora de su colegio, de sus padres, de su abuela, eran preguntas para tratar de entender: ¿Te lo estás inventando para llamar la atención? ¿Por qué no dijiste nada? ¿Eres consciente del daño que estás haciendo a tus padres con esto?

"Llamar la atención, gustar y hacer daño. Tres tópicos, tres losas sobre las espaldas de tantas mujeres". El trauma de la violación dejó paso al trauma del señalamiento público. Detuvieron a su violador, pero el juicio tardó dos años en llegar. A ella le dieron un papel con la orden de alejamiento que le habían impuesto a él. Pero "un papel contra un tipo con poder y fuerza ni corta ni protege".

Cómo construir una historia

Laura C. Vela reconstruye todo este proceso desde el hoy. Ella, editora y fotógrafa, inquieta por definición, se apuntó a un curso de escritura creativa impartido por Sabina Urraca. Fue allí donde, buscando temas que poseyeran algo de verdad, empieza a escribir todo este trauma, escondido en su interior. Pero no como terapia, sino con la intención de recuperar el relato de su propia vida.

La autora de El celoqueda impresionada por los textos que Vela le pasa, y aunque la pandemia interrumpió aquel curso presencial, la correspondencia entre las dos se mantuvo constante. Esos mails son el germen de Seismil. Una obra en la que se mezclan recuerdos con conversaciones con su antigua profesora, retazos de diarios, cartas recibidas de sus novias de entonces...

'Seismil' es una expedición en busca de la verdad. Sin autocensura, sin miedo a ser rechazada ni a ser malinterpretada

Esa es la manera que tiene Laura C. Vela para reconstruir el pasado, que no recuperarlo, porque nunca se había ido. "El tiempo real no es algo lineal como nos contaron, pues el pasado, congelado, está fuera del tiempo, y se repite y repite y repite". Y ese pasado es una herida abierta que sangra. Pero la cámara de esta peli no se recrea en el dolor, sino simplemente en la sangre. En esas gotas que manaban de una chica a la que le costaba entender lo que estaba ocurriendo.

Y Seismil no es más que una expedición en busca de la verdad. Sin autocensura, sin miedo a ser rechazada y, sobre todo, sin miedo a ser malinterpretada. Limpiando la herida en sus espacios más oscuros, rebuscando en las preguntas más peliagudas, con precisión de cirujano, sin ganas ni pretensión de hacerse daño, sino, simplemente, de limpiarla bien, de permitir que cure, cierre y deje una cicatriz imborrable pero asumible.

Este no es otro libro de esos sobre un dramón. Este es un libro sobre un drama tratado con una humanidad y un cariño tan grande que emociona y descompone.

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