Ángela R. Bonachera

Editorial: Isla Elefante

Año de publicación original: 2025

Basta con tener amigas para saber que vivimos rodeados de hijos de puta. Solo hay que preguntar a las mujeres de nuestro entorno para descubrir que, quien no ha sufrido un episodio de violencia sexual, conoce a alguien que sí.

Son muchas las historias, demasiadas, si contamos además las que no se cuentan, y en todas se esconde un hijo de puta arropado por el silencio de sus amigos. Porque entre ellos –entre nosotros– no se cuestionan. Pero "la ignorancia elegida no te salva / te hace cómplice", advierte Ángela R. Bonachera.

Desde una dolorosa primera persona, Ángel R. Bonachera narra la herida del abuso sexual

En pum pum pum, su primer poemario, la escritora granadina narra desde una dolorosa primera persona –sin aclarar que sea autobiográfica– la herida del abuso sexual. El "mundo de pena por el que transita / sola / alejada abandonada / de todo atisbo de / esperanza por un futuro". Así de paradójica es la poesía, que se sirve de la belleza para hablar del horror.

Contra el silencio cómplice

Los títulos de los 40 poemas señalan el camino que vamos a recorrer. Es el mismo que el de la víctima. 'Los hechos', 'Irse', 'Qué has hecho', 'Dice mamá', 'La consulta', 'La vida después', 'Y otra vez', 'Tan mal no estarás', 'Y otra vez', 'El cuerpo', 'Los fantasmas vienen a visitarme cada noche'... Y entre medias, el pum pum pum. Un martilleo que se repite a lo largo de la obra. "Un eco que hiere, que apuñala". El recuerdo de un día que no debió existir y que nunca va a desaparecer.

Ángela R. Bonachera se mueve entre la rabia, la impotencia y el desconsuelo. "Pero hoy he llorado menos / ocho o diez hectolitros, no más", escribe. También brotan la ira y el deseo de revancha de quien ha perdido toda esperanza. "En tu barriga mi mano / y en mi mano aquel cuchillo / que te clavo con el gusto / de escuchar tu gran aullido (...) La sorpresa en tus ojos / te creíste protegido / tendrás que explicar por qué / este era tu castigo".

Los poemas, cargados de miedo y tormento, apuntan contra los silencios que perpetúan la violencia contra la mujer

Los poemas, cargados de miedo y tormento, apuntan contra quienes eligieron callar, contra los silencios cómplices que perpetúan la violencia contra la mujer. Pero el silencio solo es un síntoma de todo un sistema enfermo que no entiende el dolor ajeno. Ninguna herida, y menos las invisibles, permiten parar. "produce, produce, produce", leemos en uno de los poemas. "Tomar tres pastillas juntas sin agua / dormir dieciséis horas seguidas / no dormir en absoluto (...) y, aun así, / ir a trabajar / drogada deshidratada. Pero eficiente". Superpoderes, lo llama la narradora.

Escribir desde el cuerpo

Más allá de lo visceral, pum pum pum es un poemario escrito desde el cuerpo. "Cómo puede ser tan físico algo invisible", se pregunta la voz del libro.

Hay ríos verdes bajo pieles translúcidas, hay piernas y manos, golpes en los mofletes, hay mechones de pelo rodando por el falso parqué, un tórax machacado, un cuerpo vacío. "Se sacó el corazón y / dentro no quedó el aire".

"Cómo puede ser tan físico algo invisible", se pregunta la voz del libro

"El cuerpo habla y nadie escucha", escribe Bonachera. Y entonces, una sensación de abandono se apodera del libro y la soledad se siente compartida. Este poemario puede dar cobijo y servir de acompañamiento para muchas personas. Aunque, al acabarlo, uno fantasea también con que caiga en manos de algún hijo de puta. Que lo lea, que se reconozca. Que se avergüence.

Y que ese pum pum pum lo persiga toda la vida. Como a ellas.

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