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AHÍ JAN KOUM COMÍA CON SU MADRE

Dos años de la venta de Whatsapp, la millonaria operación que se firmó en un comedor social

Cuando Jan Koum firmó la venta de WhatsApp, lo hizo en un sitio especial para su familia: ahí es donde comían cuando apenas conseguían permitirse comer de caliente.

El fundador de WhatsApp pasó una infancia dura

El fundador de WhatsApp pasó una infancia dura TecnoXplora

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Tal día como hoy, hace justo dos años, el dueño de WhatsApp se convirtió oficialmente en multimillonario al cerrar de manera definitiva la venta de su aplicación a Facebook por cerca de 22.000 millones de dólares. Hasta ahí lo que sabemos todos.

Lo que es menos conocido fuera del ámbito tecnológico es en qué circunstancias se cerró esa venta y qué experiencia vital había estado rodeando a su CEO, Jan Koum. Esta es la historia de un tipo que, esta vez sí, cumplió el manido sueño americano.

Nacido hace 39 años en Kiev, puede decirse que la suya no era una vida sencilla: su familia no tenía demasiados recursos y el semilla del antisemitismo se hacía cada vez más grande en toda Ucrania. Con esos mimbres, la madre de Jan decidió que debían abandonar Kiev e intentar alcanzar una vida mejor en otro sitio.

Ese otro sitio era nada menos que San Francisco, donde Jan Koum y su madre llegaron cuando él apenas tenía 16 años. Pese a la mudanza, la vida para ellos seguía siendo extremadamente complicada: su madre hacía de canguro y él limpiaba escaleras por cuatro duros. De hecho, ninguno de los dos podría haber salido adelante si no fuera por las ayudas sociales y el acceso a un comedor social, en el que ambos solían comer habitualmente.

Un contrato firmado en un comedor social

Con el tiempo, un jovencísimo Jan empezó a romper su particular techo de cristal y a ascender en la escala social. Comenzó a aprender programación por su cuenta, y una beca de la Universidad Pública de San José le ayudó a hacer prácticas en empresas como Ernst&Young. Por suerte, acabó trabajando para altos cargos de Yahoo, más tarde fundó Whatsapp... y el resto de la historia ya la conocemos.

El éxito de Whatsapp fue tal que Facebook no tardó en sacar la chequera: 21.800 millones de dólares. El sueño americano de Jan Koum no sólo se había cumplido, sino que, a sus 37 años, se convirtió en multimillonario. Su madre y él no volverían a pasar penurias ni un minuto más en lo que les quedaba de vida.

Sin embargo, al CEO de la aplicación no se le olvidó de dónde venía, con lo que quiso hacer algo: la firma de la venta de Whastapp no se produjo en ningún gran despacho de Silicon Valley, sino en un comedor social de San Francisco, el mismo en el que, durante años, comió. El círculo se cerraba de la mejor forma posible.

Whatsapp, en pleno apogeo

Y dos años después de la venta, ¿qué ha sido de Whatsapp? Ya lo sabrás: la aplicación no ha caído nada en cuanto a su popularidad y sigue siendo, de lejos, el sistema de mensajería instantánea más usado en todo el mundo.

Quien sí se ha encontrado con algún que otro problema adicional al gestionar la app ha sido Facebook. Hace poco supimos que Facebook va a compartir tus datos y hábitos de Whatsapp para, según ellos, ofrecerte mejores experiencias publicitarias. En otras palabras: para que la publicidad sea más segmentada, más exitosa y, por tanto, más rentable.

La medida ha dividido a los usuarios, que la entienden y la critican casi a partes iguales. Pero ese no es el mayor problema: en Alemania se ha prohibido a Facebook compartir estos datos, y en España la AEPD acaba de anunciar una investigación para determinar si dicha medida de Facebook podría afectar a la privacidad de los usuarios.

Habrá que ver de qué manera acaba esto y si todos los usuarios acabamos enfadados (o no) por la evolución de Whatsapp. Pero hay una cosa de la que, de un modo u otro, sí podremos sentirnos medianamente orgullosos: gracias al uso que todos hemos hecho de Whatsapp, la familia Koum pudo cumplir su particular sueño americano. Y de qué manera.

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