"La guerra se gana a tiros" es un manuscrito de seis folios, publicado por el diario 'El País' después de que se le haya interceptado en la prisión Puerto III (Cádiz), donde el terrorista cumple condena por asesinato, en el que acusa de "traición" a la actual dirección de ETA.

Bilbao Goikoetxea, alias 'Txikito', utiliza palabras de 'Argala', etarra que participó en 1973 en el asesinato del presidente del Gobierno franquista Luis Carrero Blanco: "La derrota será para los que, teniendo las armas, las escondieron cobardemente a la hora de la lucha y pretenden entregarlas al fascismo; para los que pudiendo haber sido referentes en la lucha y que faltos de fe en la dignidad y en el ideal gastaron su tiempo y su prestigio en tratos vergonzosos con el enemigo y se convirtieron en patéticos".

Antes de que la carta se hiciera pública, pero después de que fuera enviada por Instituciones Penitenciarias a la Audiencia Nacional, Bilbao amenazó al juez Fernando Andreu, quien se hiciera cargo del caso y le tomara declaración por videoconferencia por el texto, por el que se le imputa un delito de conspiración para cometer actos terroristas.

Según fuentes jurídicas, Bilbao profirió las amenazas nada más comenzar su declaración y dijo: "Usted es el diablo del País Vasco y no voy a decir nada. Me puede abrir todos los sumarios que quiera, no voy a decir nada". El juez le preguntó entonces si eso era todo lo que tenía que decir y él insistió: "Usted es el diablo del País Vasco y si le pillo le voy a matar", tras lo que acabó el interrogatorio.

El etarra, condenado a 45 años de cárcel por el asesinato del concejal socialista Juan Priede en marzo de 2002, es conocido por su extrema violencia y ha protagonizado numerosos incidentes en sus comparecencias ante los jueces, a los que ha insultado y amenazado de muerte en varias ocasiones. Ahora podría ser condenado a 8 años de prisión por sus palabras a Andreu, y ya tuvo acciones similares con el juez Baltasar Garzón, a quien simuló disparar apuntando con la mano en 2003, un gesto que repitió dos años después ante el tribunal que le juzgó por estos hechos, presidido por Alfonso Guevara.