Rajoy quiere dejar de estar en funciones cuanto antes, ya sea con pactos de Gobierno o en solitario, porque en el PP confían en llegar a agosto con su candidato ya investido explorando "todas las fórmulas que den al país estabilidad", tal y como ha declarado Soraya Sáenz de Santamaría.

Rivera ya ha descolgado el teléfono para hablar con Rajoy y Sánchez y proponerles una negociación a tres, a la que el dirigente socialista ya dijo no. De hecho, desde el PSOE se prefiere que ni les llamen.

Una vez cerrada esa puerta, Ciudadanos ya quiere tantear otra negociación, la de quién es presidente del Congreso, para la cual proponen que ese sillón no lo ocupe el PP. Será el primer termómetro de la flexibilidad popular.

El 19 de julio es la fecha marcada para constituir el nuevo Parlamento, y la Zarzuela podría pisar el acelerador e iniciar las consultas con los partidos un día después y aglutinarlas en tres jornadas. De esa manera, el debate de investidura podría celebrarse a partir del día 26, con dos votaciones, de las que en la segunda, 48 horas después al candidato propuesto le valdría la mayoría simple.

En esa disposición al diálogo, el Partido Popular incluso estaría dispuesto a discutir sobre su polémica reforma laboral.