Expertos en psicología social creen que la jornada de reflexión, previa a unas elecciones, ha dejado de ser clave para decidir el voto y que las campañas electorales tampoco son ya determinantes para la mayoría de los ciudadanos e, incluso, que pueden ser contraproducentes ante una situación de desconfianza. 

Probablemente hace "muchos años" las campañas electorales tradicionales fueran fundamentales para la mayoría de los ciudadanos, según señala Manuel Nevado, vicepresidente de Psicólogos Sin Fronteras y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Pero ahora -apunta- no es así por toda la información que tenemos de todos los partidos: "Estamos en la era de las nuevas tecnologías, donde la propaganda de las ideas se hace a través de las redes sociales y donde los métodos más tradicionales no sirven a la sociedad actual", argumenta.

Las campañas tradicionales "sirven" actualmente para las personas más mayores, porque los nuevos electores, tal y como explica, "tienen otra forma de confrontar sus ideas y opiniones", de ahí que las redes sociales "se estén convirtiendo en elementos decisivos". 

En ocasiones las campañas pueden "servir para perder votos porque los candidatos puedan decir algo inapropiado o que no se pueda cumplir", explica Nevado."La sociedad ya aguanta menos, está mucho más suspicaz con cualquier elemento político que haya e incluso con los nuevos partidos, a pesar de la ilusión que despertaron en un principio, y eso es consecuencia de que se ha generado una desconfianza hacia todo lo relacionado con la política", argumenta el psicólogo social.

No obstante, algunos especialistas, como Beatriz Pacheco, de Psicología Clínica de la Salud, creen que las campañas sí pueden "motivar en cierta medida a los votantes más desinformados", aunque también matiza que ahora "son pocos los que analizan un programa que les llega a casa de manera pormenorizada, punto por punto". Esa situación, según Pacheco, la ha generado "la crisis y la mala imagen que han dado muchos políticos con el tema de la corrupción", de ahí que en la actual campaña se esté ahondando en dar "una imagen más cercana y accesible de los candidatos para generar un vínculo de familiaridad, no tanto político, y así ganar confianza en la identificación".