En apenas seis días en el cargo, Scaramucci, el nuevo director de comunicación de la Casa Blanca, ha amenazado con despedir a todos aquellos que filtren información a la prensa y ha declarado la guerra al jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, de quien ha llegado a decir que es un "puto paranoico esquizofrénico". "Si Reince quiere explicar que no está filtrando información, que lo haga él", dijo Scaramucci.

Poco después de que una revista publicara una serie de datos financieros de Scaramucci, el nuevo director de comunicaciones de la Casa Blanca acusó a Priebus de filtrarlos.

"A la luz de la filtración de la información de mi formulario financiero, que es un delito grave, voy a contactar al FBI y el Departamento de Justicia", escribió Scaramucci en un tuit en el que etiquetó a Priebus.

Cuando los medios comenzaron a destacar que la información era pública y no podía haber sido filtrada, Scaramucci borró el tuit, pero no dio marcha atrás en sus ataques a Priebus.

El nombramiento de Scaramucci, un financiero de Wall Street con un carácter arrollador y carismático pero sin experiencia en estrategias de comunicación, ya provocó la dimisión del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, un protegido de Priebus que había trabajado con él en el Comité Nacional Republicano (RNC).

Tras salir a la luz los insultos, Scaramucci admitió en un tuit que "a veces" usa "lenguaje colorido", y que se "moderará" a partir de ahora. El líder republicano en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, salió a defender a Priebus, dijo que "está haciendo un trabajo fantástico en la Casa Blanca", y aconsejó a Scaramucci que se reúna con él para "resolver sus diferencias".