El personal del zoo justificó el asesinato del simio con un disparo porque el animal suponía "un riesgo para la vida del niño".

No obstante, diversos colectivos animalistas han criticado la decisión del centro, pues exigen el uso de dardos tranquilizantes para resolver este tipo de situaciones.

Además, recuerdan que en 1986 otro niño cayó a una zona habitada por gorilas de un zoo y el animal se dedicó a defender al menor.