Primero huir y después tranquilizar a su madre, así es como actuó Mónica Calvo, testigo del atentado, antes de avisar a su madre con este mensaje: "Mamá, ya he salido del concierto, pero ahora mismo no te puedo hablar".

De fondo se escuchaba el sonido de las ambulancias y su voz, pese a notarse temblorosa, es la más tranquila que pudo sacar. "Estoy bien, pero al final del concierto se ha escuchado como un sonido raro y está todo el mundo asustado, y no sé lo que ha pasado pero no te asustes que estoy bien", añadía Mónica.

Un día después de la tragedia, ha contado en Al Rojo Vivo que necesitaba hablar con alguien aunque su intención no era que nadie se preocupase.

Mónica vivió el pánico desde el Manchester Arena, un recinto al que también acudió Julio Ríos, quien vivió el mismo miedo: "La gente empezó a entrar en pánico, a gritar 'bomba' y a correr, y se formaron tapones".

Para Julio, el ataque fue inesperado por el tipo de público del concierto, ya que "el 80% era gente muy joven, estamos hablando de adolescentes y niñas con sus madres".

A Asier Martínez, por su parte, le pilló a 150 metros del Manchester Arena, en su casa. Al día siguiente saldrá de casa por primera vez, y lo hará para ir al hospital "porque soy cero positivo para donar".

Silvia García, de Almería, nos cuenta que de no haber acabado el concierto, habría sido mucho peor: "Al salir por la puerta, la Policía me decía que no mirase a mi izquierda y ahí había sangre y trozos de cosas".

En España o aún en Mánchester, todos coinciden en que intentarán volver a su día a día sin miedo.