Un grupo de expertos ha sometido a un TAC a las momias de Pompeya, el pueblo que quedó sepultado tras la erupción del Vesubio.

Se ha podido conocer que después de 2.000 años, los dientes de los que fueron habitantes de esta ciudad están intactos prácticamente, pero, en cambio, sus huesos son débiles. "Ver desde la formación de los dientes, hasta las fracturas provocadas por los derrumbes", declara un investigador español en la excavación de  Pompeya.

El objetivo de realizar este escáner a 30 esqueletos es conocer la clase social a la que pertenecían, si eran músicos o incluso si fumaban.