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Europa

Islandia. La morada de Odín

Reino de volcanes y glaciares

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Islandia, situada debajo del Círculo Polar Ýrtico, con sus más de 200 volcanes y 100 glaciares, es una isla joven que todavía esta en proceso de formación. Es la segunda isla más grande de Europa, con una costa irregular debido a sus extensos fiordos, y numerosas islas a su alrededor, y un interior formado por una desoladora belleza de hielos perpetuos, montañoso y volcánico. Esa presencia poderosa de la naturaleza produce sensaciones desconocidas, incluso para los viajeros muy viajados. Es un lugar diferente a los ya vistos, parece que nos hemos transportado a otro planeta. En esta isla pequeña, sin embargo, todo lo que nos rodea parece grandioso y los contrastes están continuamente presentes. Impacta contemplar ese azul del mar junto al negro de las rocas de basalto, los tonos ocres y terrosos de sus montañas junto al blanco de los hielos perpetuos o el verde que se apodera en primavera. Un paisaje moldeado por la fuerza de sus ríos, su actividad volcánica, sus glaciares y sus geiseres, unido a sus cielos cambiantes en invierno con sus horas de oscuridad y verano con su sol de medianoche. No es extraño que Julio Verne se inspirase en la cueva de lava de Vatnshellir para el argumento de “Viaje al centro de la Tierra” porque cuando nos introducimos en ella realmente creemos que nos estamos entrometiendo en las entrañas del planeta. Es este un viaje hacia los orígenes, a través de carreteras silenciosas, poco habitadas, con un paisaje en el que se intercalan los planos horizontales y verticales, con la sensación de dirigirnos hacia lo desconocido y en el que la sorpresa está a la vuelta de cada curva. El verano es la época más apropiada para viajar, con niños, dadas sus temperaturas más suaves y poder disfrutar del sol de medianoche, sin embargo, en invierno une a sus atractivos el bellísimo espectáculo de las auroras boreales.

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