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GRANJAS EN MEDIO DE BOSQUES FRONDOSOS

Green Bank, un pueblo sin móviles ni wi-fi a cuatro horas de la Casa Blanca

En Virginia Occidental, es el epicentro de un espacio protegido de señales inalámbricas para maximizar los resultados del Observatorio Astronómico Nacional.

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Si Barack Obama decidiera levantarse un domingo y llevar a toda la familia a pasar el día a Green Bank, un apacible pueblo granjero a menos de cuatro horas en coche de la Casa Blanca, tendría que pensar en un plan B. Su posición como presidente de Estados Unidos le obliga, por motivos de seguridad, a estar siempre localizable, así como poder contactar en todo momento con quien sea necesario. Y esa es una actividad que, en ese pequeño pueblo de Virginia Occidental de apenas 140 habitantes, no es posible.

Se encuentra en el bucólico condado de Pocahontas y la carretera que conduce hasta él, así como la vía férrea que lo atraviesa, tiene el no menos inspirador nombre de Potomac Highlands Trail. Rodeado de grandes y frondosos bosques, con cientos de pequeños ríos que van, poco a poco, muriendo en el más caudaloso Greenbrier, no resulta exagerado decir que está en medio de la nada. Y es que son más de una decena los parques nacionales protegidos que lo circundan.

Precisamente por ello, al no haber grandes ciudades y casi ni pueblos, esta localidad fue la elegida para albergar el más importante observatorio astronómico de la Costa Este de Estados Unidos, The National Radio Astronomy Observatory, el mismo que inspiró la película ‘Contact’ (1997), con Jodie Foster al frente. Y no sólo por la falta de contaminación lumínica, sino porque para maximizar los resultados y permitir una mayor calidad en la exploración del espacio, el observatorio necesita de un área amplia alrededor, la llamada National Radio Quiet Zone, en la que no hayan señales inalámbricas.

Así, en Green Bank se da la paradoja de que cuentan con un telescopio y un observatorio de radiofrecuencia espacial con más de 100 metros de diámetro pero, al mismo tiempo, siguen sin wi-fi o cobertura de telefonía móvil. De hecho, también están prohibidas las conexiones entre aparatos, como el Bluetooth, por lo que no se pueden utilizar aparatos de ningún tipo. Si hay que llamar por teléfono, se vuelve unas décadas atrás en el tiempo y se hace desde una cabina. Y si queremos pasarnos por fin esa fase del Candy Crush que se nos resiste, tendrá que ser cuando ya estemos lejos de allí.

No son pocos los que se acercan hasta Green Bank entusiasmados por ver de cerca los grandes telescopios del observatorio. Además, algunas personas con graves problemas de tolerancia a la radiofrecuencia han elegido este lugar para vivir. Entre granjas, bosques de ensueño y, sobre todo, sin perturbaciones invisibles que les molesten, han conseguido una paz que seguro envidian muchos ejecutivos ‘condenados’ a no separarse de su teléfono móvil ni de día ni de noche.

Para visitar el radio-telescopio más grande del mundo, basta con viajar por carretera desde Washington o alguna de las ciudades que se encuentran a la misma distancia, un viaje que obliga a recorrer algunos de los parques naturales más frondosos y bonitos de Estados Unidos. Cada año lo visitan unas 40.000 personas, que pagan una entrada de 6 dólares y a los que se les guía en grupos por el complejo. La experiencia no puede ser más impresionante.


Más información:
National Radio Astronomy Observatory
Turismo de Virginia Occidental

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