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ULTRAPROCESADOS

Un estudio asocia el consumo de comida procesada y el cáncer de pulmón

Las personas que más comen productos ultraprocesados y listos para consumir tienen un 41 % más de riesgo de desarrollar esta enfermedad, según un estudio observacional en más de 100 000 personas. Los autores señalan que se necesitan más investigaciones, pero advierten que el hallazgo refuerza la urgencia de limitar su consumo.

Productos ultraprocesados

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Los alimentos procesados, como refrescos azucarados, bollería industrial y cereales industriales de desayuno, han sido relacionado con varias patologías. Un par de estudios publicados el pasado mayo asociaron su consumo con la aceleración de aparición de enfermedades crónicas graves, como cáncer, párkinson e hipertensión.

Son productos listos para consumir que pasan por varias fases de procesamiento y contienen numerosos aditivos y conservantes.

Estos alimentos se caracterizan por haber sido sometidos a varias etapas de procesamiento, contener largas listas de aditivos y conservantes, y estar listos para consumir o calentar. Ahora, un trabajo liderado por un grupo del Chongqing Cancer Hospital (China) revela que una mayor ingesta de estos comestibles se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de pulmón.

Los autores de la investigación, que se publica en la revista Thorax, afirman que se trata de un estudio observacional y se necesita seguir investigando, pero aseguran que es una prueba más de la urgencia de limitar el consumo de estos alimentos.

Junto al de mama, el cáncer de pulmón es uno de los más frecuentes a escala global. Según cálculos de World Cancer Research Fund, en 2022 se produjeron casi 2,5 millones de nuevos casos en el mundo y más de 1,8 millones de muertes.

Ensayos de cribado de cáncer

Los investigadores del trabajo se basaron en ensayos estadounidenses de cribado del cáncer de próstata, pulmón, colorrectal y ovario, en los que participaron 155 000 personas de entre 55 y 74 años elegidas aleatoriamente entre noviembre de 1993 y julio de 2001. Los análisis realizaron un seguimiento de los diagnósticos de cáncer hasta finales de 2009 y de las muertes por cáncer hasta finales de 2018.

Para el estudio se seleccionaron 101 732 personas (50 187 hombres y 51 545 mujeres), con una edad media de 62 años, que durante los ensayos norteamericanos cumplimentaron un cuestionario sobre sus hábitos alimentarios. Los alimentos se clasificaron en: no procesados o mínimamente procesados, con ingredientes culinarios procesados, procesados y ultraprocesados.

Los autores se centraron en particular en los alimentos procesados que incluían nata agria, queso fresco, helado, yogur congelado, alimentos fritos, pan, productos horneados, aperitivos salados, cereales para el desayuno, fideos instantáneos, sopas y salsas compradas en tiendas, margarina, confitería, refrescos, bebidas de frutas azucaradas, hamburguesas listas para comer, perritos calientes y pizza.

Los alimentos que más se consumieron fueron los fiambres, los refrescos light o con cafeína y los refrescos descafeinados.

De media, el consumo fue de casi 3 raciones de alimentos procesados al día, aunque variaba entre 0,5 y 6. Los tres tipos de alimentos que más se consumieron fueron los fiambres (11 %), los refrescos light o con cafeína (algo más del 7 %) y los refrescos descafeinados (casi el 7 %).

Durante un periodo medio de seguimiento de 12 años, se diagnosticaron 1 706 nuevos casos de cáncer de pulmón. El número de casos fue mayor entre los que consumían más alimentos procesados que entre los que consumían menos: 495 casos entre 25 434 personas que ingerían frecuentemente estos alimentos, frente a 331 casos entre 25 433 personas que no los ingerían.

Esto significa que, tras tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como el tabaquismo y la calidad general de la dieta, los participantes en el percentil de mayor consumo de estos alimentos tenían un 41 % más de probabilidades de ser diagnosticados de cáncer de pulmón que los del percentil más bajo.

Limitaciones en el análisis

No obstante, los autores destacan que es un estudio observacional y no se pueden extraer conclusiones firmes sobre una relación causa-efecto. Además, los autores reconocen que no se incluyó la frecuencia del consumo de tabaco, que podría haber influido, la información dietética se recogió una sola vez, por lo que no se pudieron tener en cuenta los cambios a lo largo del tiempo, y el número de diagnósticos de cáncer podrá no ser lo suficientemente grande.

Aun así, los investigadores destacan el escaso valor nutritivo de los alimentos ultraprocesados y las cantidades excesivas de azúcar, sal y grasas que suelen contener.

"Peor aún, en las dos últimas décadas, el consumo de estos alimentos ha aumentado significativamente en todo el mundo, independientemente del desarrollo o la situación económica. Esto puede haber impulsado el incremento mundial de la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, los trastornos metabólicos, el cáncer y la mortalidad, ya que estos alimentos son factores de riesgo confirmados de tales afecciones", afirman en un comunicado.

Una ingesta elevada de procesados excluye alimentos saludables como los cereales integrales, la fruta y las verduras, que protegen contra el cáncer.

Además, señalan que una ingesta elevada de comida procesada excluye alimentos saludables como los cereales integrales, la fruta y las verduras, que protegen contra el cáncer.

"El procesado industrial altera la matriz de los alimentos, afectando a la disponibilidad y absorción de nutrientes, mientras que genera contaminantes nocivos", añaden, destacando la acroleína, que se encuentra en las salchichas a la parrilla y los caramelos, y es un componente tóxico que se genera también al quemar tabaco.

Aun así, insisten que los hallazgos "deben ser confirmados por otros estudios longitudinales a gran escala en diferentes poblaciones y entornos. Si se establece la causalidad, limitar la ingesta de alimentos procesados a escala mundial podría reducir la incidencia del cáncer de pulmón".

Referencia:

Kanran Wang et al. Association between ultra-processed food consumption and lung cancer risk: a population based cohort study. Thorax (2025).

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