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El informe que ocultó Facebook sobre Instagram nos recuerda el verdadero peligro de las redes sociales

El informe ponía el dedo en la llaga y el verdadero mal que extienden las redes

Instagram

InstagramPhoto by Georgia de Lotz on Unsplash

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Una nueva polémica está envolviendo a Facebook en los últimos días, la enésima relacionada con su tratamiento de los efectos adversos de sus redes sociales en los usuarios. A los escándalos con el tratamiento de los datos de los usuarios se han unido en los últimos días duras críticas por el caso omiso que hizo la compañía de Mark Zuckerberg de un informe en el que se ponía el foco en los efectos negativos que tiene la red social sobre los más jóvenes, algo especialmente hiriente cuando precisamente las grandes redes sociales saben que entre los adolescentes se encuentran sus clientes más vulnerables.

Distorsión de la realidad

Lo que se ha demostrado que ha hecho Facebook durante estos años ha sido ocultar una realidad que ya no escapa prácticamente a nadie, como es la de que las redes sociales pueden ser muy peligrosas si no se utilizan en un contexto saludable. En el informe se ponía el foco en algo de lo que necesariamente no tienen por qué ser culpables las redes sociales, pero que por su propia naturaleza facilitan que ocurra más de lo que debería. La distorsión de la realidad y la difusión de vidas artificialmente ideales que no representan muchas veces tan siquiera la vida real de las personas que las proyectan en sus perfiles.

Uso de Instagram
Uso de Instagram | Pexels

Algunos fabricantes de móviles han decidido eliminar o reducir la presencia de los filtros de belleza de sus cámaras. Ya que mientas hacerse un par de fotos o tres con un aspecto rejuvenecido o estilizado puede llegar a ser divertido, verse continuamente bajo estos efectos de belleza puede llevar a episodios depresivos en muchas personas cuando se topan con su auténtica realidad. Que sin ser negativa se ve distorsionada por esa otra realidad que hemos generado virtualmente en las redes, con un rostro y un aspecto físico alterado que hemos mostrado a nuestros contactos en ellas y que no se corresponde con quien somos.

Instagram
Instagram | Foto de Kerde Severin en Pexels

El problema es que por mucho que critiquemos a las redes sociales y en este caso a Facebook sobre si podría haber hecho algo más, la realidad es que no es fácil evitar, como en todo, un uso tóxico de estas redes que muchos casos se mimetiza con post y publicaciones completamente normales. Es evidente que no dice mucho sobre la buena reputación de la empresa de Zuckerberg que se ignorara un informe negativo en privado y se dijera que no pasaba nada en público, pero a estas alturas ya no nos debería sorprender. La realidad es que la única manera que tenemos los usuarios de estas redes de defendernos de estas situaciones y de limitar lo más posible los problemas derivados de ellas, es mostrarnos como somos, o en su defecto prescindir de ellas y fomentar las relaciones de siempre.

Que también pueden ser virtuales, pero sin la necesidad de tener miles de espectadores que puedan hacerse de nosotros una idea equivocada y viceversa, que no se corresponda con la realidad. No sabemos qué medidas tomará Facebook para mitigar estos problemas derivados del uso de Instagram en este caso, pero hablando en términos coloquiales, es difícil “ponerle puertas al campo” a lo que las personas quieran expresar o compartir dentro de su red social si no hay mensajes de odio o bullying expreso en ellos, y se limitan a mostrarse viajando, con ropa nueva o estrenando coche, algo que también termina teniendo efectos negativos en otras personas.

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