DEMASIADA GENTE HABLANDO DEMASIADO Y DEMASIADO ALTO
La élite productiva de Twitter: un 10% de los usuarios publica el 90% de los tuits
Investigadores de la Universidad de Berkeley han demostrado algo que muchos sospechábamos: la gran mayoría de los usuarios de redes sociales son pasivos, meros lectores, 'leechers' en la vieja jerga de internet.

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¿Tu ritmo de publicación en Twitter ha descendido últimamente? ¿Tuiteas menos cuando disminuye el número de menciones y retuits que obtienen tus mensajes? Es normal, le está pasando a mucha gente. La red social de los 140 caracteres se está convirtiendo en una plaza pública masificada, un lugar abarrotado donde cada vez es más difícil hacerse escuchar. Eso disuade a cualquiera que no tenga intereses económicos.
Solo un puñado de 'creadores de contenido', que no llega al 10% del total, se encarga de producir el grueso (el 90%) de lo que se publica en una plataforma como Twitter. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la escuela de negocios Haas de la prestigiosa Universidad de Berkeley, que echa la culpa al carácter cada vez más masivo de la audiencia: a medida que crece una red social, los pequeños productores se van echando a un lado y se quedan las empresas con algo que ganar al dirigirse a un público de millones de personas.
Como sucede con los grupos de música, las redes sociales dejan de ser 'indies' y se vuelven 'comerciales'. La paradoja de la "democratización" afecta a la comunicación 2.0 igual que a la música: cuanto más sencillo (y barato) resulta publicar mensajes y que alcancen a miles o millones de personas, menos lo hace el usuario de a pie y más parte del pastel se comen unos pocos ¿La razón? Que aunque sea más fácil llegar, cada vez es más difícil destacar.
El estudio sugiere que las redes sociales funcionan en cierto sentido como un mercado. Los perfiles que crean y comparten contenido están haciendo una inversión (cierto esfuerzo, ciertos recursos) con un objetivo: ganar clientes, o 'followers' en el caso particular de Twitter.
El resto de usuarios, los que no utilizan las redes como una herramienta de 'marketing' ni persiguen una recompensa económica predeterminada, publican, según los investigadores, por una cuestión de estatus o por la satisfacción de conseguir que su opinión sea escuchada.
Hace algunos años, cuando Twitter todavía gateaba en pañales, tan solo un puñado de emisores competían por el limitado tiempo de atención de cada receptor. Desde entonces, la distancia entre los que envían y los que reciben se ha ido incrementando progresivamente hasta disuadir a los menos motivados.
“Ese desequilibrio lleva a algunos creadores de contenido a dejar de continuir activamente en redes sociales, mientras otros eligen enviar más y más mensajes a los usuarios en un esfuerzo por hacerse notar”, explican desde Berkeley.
La recompensa más bien emocional o reputacional que perseguían es cada vez menor y más difícil de alcanzar, así que una amplia mayoría de los tuiteros que no se dedican profesionalmente al 'social media' tiran la toalla. Sucede lo mismo en la blogosfera: según los investigadores, la fracción de los 55 millones de usuarios que publica diariamente en su blog es diminuta.
“Facebook reconoció esta tendencia y modificó sus algoritmos para presentar más noticias de la gente cercana al usuario”, afirman desde la universidad. “Incluso se han visto intentos de crear redes sociales nuevas y más íntimas desde cero, aunque han tenido un éxito limitado hasta la fecha”.
La solución pasa, aunque parezca contradictorio, por complicar la publicación de mensajes y la creación de audiencias masivas. Si el número de mensajes que llegan a cada receptor disminuye, volverá a aumentar la recompensa emocional, la satisfacción de ser leído aunque sea por unos pocos.
Así, según las conclusiones de este estudio, redes sociales tan masificadas como Twitter volverían a mostrar un equilibro saludable entre usuarios totales y usuarios que aportan contenido.
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