TecnoXplora » Móviles

EL MEJOR ANDROID DEL MERCADO

Dos semanas con el HTC One M8, un teléfono casi perfecto

En la revisión de su buque insignia la compañía taiwanesa lo ha dado todo: tanto por prestaciones como por diseño y funcionamiento, este smartphone está a la altura –o más allá- del mismísimo iPhone 5S. Sólo hay algunos ‘peros’ incomprensibles, como su cámara.

HTC One (M8), la gran apuesta de HTC para 2014

HTC One (M8), la gran apuesta de HTC para 2014 TecnoXplora

Publicidad

Pasa por ser una de las grandes compañías del sector tecnológico, pero algunos errores del pasado y el hecho de que Google se haya inclinado por Samsung y LG como fabricante para sus Nexus, ha hecho que HTC esté al borde del abismo. En un último intento por remontar este año han lanzado una revisión del HTC One, su terminal estrella que tan buen resultado les dio. Lo malo es que enfrente tiene compañías que compiten en todos los tamaños, precios y modalidades, mientras que ellos han apostado por hacer un único teléfono de gama alta.

Pero qué teléfono, amigos.

El HTC One M8 –que así se llama, siendo eso de ‘M8’ el apellido para distinguir que es la versión de este año- es un terminal sorprendente desde el primer momento: toda su parte trasera y lateral es metálica, lo que le da un aspecto elegante como el que pocos terminales consiguen.

Es una pieza completa, lo cual tiene cosas buenas a nivel de diseño, pero otras implicaciones: no se puede desmontar o cambiar la batería, ni se observa resquicio alguno que haga posible ‘abrir’ el teléfono en caso de avería interna. Cabe esperar que sí se pueda, quizá por una diminuta muesca que hay en la parte trasera

En su parte frontal destaca una enorme pantalla de 5 pulgadas con dos líneas de puntos en el extremo superior –donde también va la cámara de 5 megapíxeles y un sensor de luz- e inferior que marcan los altavoces y micrófonos del terminal, un aspecto nada desdeñable ya que una de las apuestas es su magnífico sonido BoomSound.

Como ya viene siendo habitual, no hay botones físicos en el frontal, aunque sí destaca en un color plateado metálico sobre fondo negro el logo de la compañía ente la pantalla y el micrófono.

Primera crítica: se podía quizá haber recortado tamaño del terminal eliminando esa banda negra y, claro, los altavoces tan potentes porque… ¿qué tipo de gente suele escuchar música a través de los altavoces de su móvil? Ese tipo de gente que no queremos que nos toque cerca en el metro o el autobús, así que amigos de HTC, por favor, no se lo pongan tan fácil. Esto era prescindible para reducir tamaño del terminal y, de paso, no dar ideas a los pesados del musicón.

Justo en el altavoz superior, que hace las veces también de auricular, hay un diminuto LED de color que indica si tienes notificaciones (puedes elegir qué quieres que notifique), si estás cargando o si está cargada ya la batería. Lo malo, que sí tienen otros teléfonos, es que no puedes configurar los colores de la notificación, al menos de fábrica.

En la parte superior del terminal destacan dos cosas, el botón de encendido y bloqueo a la izquierda –otros terminales, como el Galaxy Nexus experimentaron poniendolo en la izquierda, pero en HTC son más clásicos- y una franja de infrarrojos ¿Para qué? Porque incorpora un software para hacer de mando a distancia de la televisión con una app especial de TV social de la que hablamos más adelante.

En la franja izquierda está la ranura para tarjetas de memoria MiniSD (bravísimo), que se abre con aguja (estilo iPhone) y dejan a la derecha la ranura para la NanoSIM (estilo iPhone) y el control de volumen justo debajo, lo cual es un poco lioso porque normalmente está arriba.

Segunda crítica: hubiera sido mucho mejor poner ambas ranuras a un lado y poner el control de volumen arriba y a la izquierda, donde suele estar normalmente.

En la franja de abajo está la conexión MicroUSB y la entrada de auriculares (mucho mejor ponerla abajo que arriba, en mi humilde opinión, como hacen otros terminales). Algunos han criticado que la ranura MicroUSB no estuviera en el centro… en mi caso no le doy tanta importancia.

La parte trasera es completamente metálica y presenta pocos elementos. El más sorprendente es que no hay una cámara, sino dos, la principal más grande, de 4 megapíxeles (sí, solo eso, menos que la frontal) y otra más pequeña arriba que lo único que hace es tomar información de profundidad de las imágenes (ya sabes, por aquello de la perspectiva que un cíclope no podría tener). La idea es que el software del teléfono no sólo te permite enfocar imágenes al ir a grabarlas, sino también después. Junto a la cámara principal, un doble flash frío-caliente similar al del iPhone5S y que tiene como objetivo optimizar la imagen en función de la luz. Abajo, de nuevo, el logo de la compañía

En resumen: es una preciosidad. De verdad. La primera vez que lo coges es frío, por el metal, pero se solventa en apenas unos minutos (la duda, claro, es ver si en verano y al Sol no se calentará demasiado). Es grande, como no podría ser de otra forma con el tamaño de la pantalla. Y, aunque podría parecer pesado sumando los factores ‘metal’ y ‘grande’, no lo es. En cifras pesa más que un iPhone, sí, pero no es pesado ni mucho menos. Y es extremadamente delgado, no abulta en el bolsillo, se maneja bien con una mano (y servidor no tiene las manos grandes precisamente)

Las esquinas suavemente redondeadas y la parte trasera sensiblemente curva ayuda a mejorar ese ‘agarre’ en la mano y da sensación de ser mucho más manejable y ligero de lo que cabría esperar.

Hardware, el corazón latiendo

No aburriremos con cifras, benchmarks y mediciones técnicas, muy interesantes pero que no son nuestro estilo. Vamos a lo práctico. Sólo un párrafo necesario:

Es un Andoid 4.4.2 con un procesador Qualcomm Snapdragon 801 de cuatro núcleos con 2 gigas de RAM, una pantalla de 5 megapíxeles Full HD, tres cámaras, 16 o 32 gigas de RAM ampliables hasta 128, 4G, altavoces BoomSound y una batería de 2.600 MAh.

¿Traducido? Android corre como la seda, lo cual es mérito del SO en sí (muy mejorado en sus últimas versiones) pero también de las prestaciones del teléfono.

El hecho de tener un cargador casi universal como el MicroUSB o de admitir una extensión de memoria (muy útil para vídeos y fotos, por cierto) es un punto muy a favor, pero que encima al insertar una el propio sistema te pregunte si quieres cambiar, con sólo un botón, el lugar de almacenamiento da idea de que han pensado bien cómo integrar en el uso cotidiano las posibilidades del dispositivo.

La pantalla, más allá de los números, tiene una muy buena calidad, ideal para juegos o vídeos, tanto por su densidad de píxeles y luminosidad como por su tamaño. En lo primero, por comparar, pierde con el iPhone con pantalla retina, pero en lo segundo gana por goleada.

Una cosa muy ingeniosa que tiene el terminal es que permite la activación de la pantalla con pulsarla dos veces (a veces, solo a veces, falla), es decir, que tiene un bloqueo dinámico. Esto para los que solemos tener la costumbre de eliminar las medidas de seguridad para desbloquear es un poco rollo, porque corres peligro de desbloqueos accidentales, pero es útil. De igual forma, la forma de desbloqueo cambia según el gesto: si deslizas hacia arriba, abajo, izquierda o derecha desbloquea algo diferente, igual que si arrastras uno de los cuatro iconos que se quedan fijos en la pantalla de Android desbloquea directamente ejecutando esa app (como hace Cover, por ejemplo). A esto lo han llamado Motion Lauch, y es totalmente configurable.

Igualmente, gracias al giroscopio, si pones el teléfono en horizontal y aprietas el control de volumen (como si hicieras una foto) activa la cámara o si recibes una llamada que no puedes atender y pones el teléfono boca abajo (lo giras, vaya), se silencia la llamada.

Todo lo anterior es muy interesante, aunque uno es quisquilloso y en la parte del diseño agradecería en una pantalla tan grande poder hacer iconos un poco mayores. Ya abandono la idea de un teclado en el que pueda escribir con mis dedos-morcilla sin equivocarme (este móvil no es excepción en eso, aunque el teclado está muy bien), pero en el aspecto visual parece mucho más agradable el diseño reticular del iPhone (no tanto el del iPad, que tiene el mismo problema).

Con la cámara viene el gran pero del teléfono. Vale que hay fabricantes que se pasan de la raya con decenas de megapíxeles que no son necesarios (y si lo son es para profesionales, que no harán fotografías con un móvil para asuntos laborales). Pero empecinarse en apenas XX megapíxeles en el año 2014 para un móvil de estas características es un error grave.

Es cierto que el software de edición y la gestión de las imágenes lo arregla en parte: el enfocado a posterior y la riqueza y sencillez de las opciones de mejora hace milagros… pero podría haberse logrado algo mucho mejor, especialmente en condiciones adversas.

En lo general, la cámara tiene seis opciones: fotografía, autorretrato (sí, para selfies), doble captura (la última moda, lo de yo y lo que veo), vídeo en HD a 1080 XX, una panorámica de 360 grados y la cámara Zoe para una app propia. Y, lo esencial, la gestión de cada una de ellas es muy sencilla, con un ‘panel de mandos’ muy minimalista, ya que las opciones vienen preconfiguradas por los sensores automáticos del terminal.

El sistema incorpora opciones de seguridad ya muy trilladas, desde el PIN, al desbloqueo facial (que funciona igual de bien o mal que el TouchID del iPhone) pasando por los famosos nueve puntos con los que dibujar un garabato. Nada nuevo, ninguna mejora en esto, y además hay ciertas duplicidades, ya que la pantalla de bloqueo inicial es inevitable.

Sobre la batería poco que decir. La verdad es que es bastante más duradera que en cualquier otro smartphone. Por ser ilustrativo diré que un iPhone 5S a mí me llega la batería hasta el anochecer, no más, y tengo que tirar de funda-batería externa (sí, uso muy intensivamente el teléfono) y este en dos semanas de uso siempre me ha llegado con carga hasta la madrugada. También diré que quizá no lo he llenado tanto de apps como el iPhone (aunque casi), pero creo que lo que ayuda de veras es el uso inteligente del teléfono de los sistemas de localización, que tiene tres grados distintos según las necesidades de cada app o cada momento, y eso permite restringir que se drene la batería.

Software, el alma del cacharro

El teléfono viene equipado con lo último de Android, la versión 4.4.2 KitKat de la que Google ha privado a algunos de sus terminales ‘puros’, como el ya mencionado GalaxyNexus. Sobre él va montado el clásico SO propio de HTC, el Sense en su última versión, la 6.0, lo que les ha valido para bautizarlo como ‘Sixth Sense’ en un juego de palabras ingeniosísimo, ¿eh?

La de HTC es, sin duda, la mejor capa de personalización de todas las que ‘ensucian’ Android, y la verdad es que los de Google se han puesto las pilas en eso de hacer su sistema operativo estable, rápido, funcional y bonito… pero HTC lo mejora. Basta un vistazo a la pantalla de ajustes, mucho mejor organizada y más elegante, o a la forma en la que ha solventado el problema de sus propias actualizaciones, haciendo que las apps que instala HTC (pocas y que aportan algo) se actualizan por separado. Lo malo, claro, lo de siempre, que cabe esperar que cuando Android se actualice las OTA no lleguen tan rápido a los terminales con personalización que a los ‘puros’ pero…

Con HTC Sense 6.0 vienen algunas aplicaciones de la mano, como Zoe, una especie de red social de creaciones audiovisuales (curiosa, pero poco productiva en un campo de gigantes como Instagram). También BlinkFeed, un lector de noticias y redes sociales que a los usuarios les suele encantar pero que personalmente me deja frío (no me da toda la información que quiero, ni por velocidad ni por focalización). Yo soy de los de RSS de toda la vida, de FlipBoard y Feedly, y en ese sentido a mí no me es útil. Lo mismo con su servicio de deportes (hay apps mejores, y gratis) Pero oye, mola. Lo malo es lo de las capas de personalización, que no se puede desinstalar aunque, insisto, el conjunto no resulta tan molesto como otros software que, encima, se comen tu espacio de almacenamiento.

Algo diferente es la personalización en otras áreas, donde sí noto un valor añadido. Por ejemplo, hay una app para el coche, de esas que te ponen iconos grandes con funcionalidades para usar casi sin mirar, que te activa el Bluetooth directamente y que integra un player de audio… lo malo es que, de nuevo, te dejan añadir y quitar algunas cosas, pero no todo, y yo no uso el reproductor de Android porque mi música no es ‘física’, sino en Spotify. Dicho lo cual, la app no será perfecta, pero es útil. Como útil es el calendario de HTC, con previsión del tiempo integrada, aunque con dos peros importantes: una vez guardado un evento no te deja cambiar de calendario si te equivocaste al asignarlo… y no deja de ser un exceso innecesario eso de tener dos calendarios, el de Android y el de HTC.

También hay mejoras desde la gestión de ajustes hasta el aspecto: la paleta de colores a elegir es limitada y no es editable (mal) pero, ojo a esto, puedes ponerte la Helvética como tipo de letra (bien). Amigos gafapastas y modernos, este es vuestro móvil. Y si no eres ni una cosa ni otra te diré que queda francamente bonito.

Hay una app que HTC ha introducido que sí merece reseña especial, y es la de televisión. Le dices el código postal de tu casa, eliges el tipo de televisión que tienes (de pago –y cuál- o gratuita), le dices en qué canal tienes cada emisora et voilà. Tienes una guía de programación acorde a tus gustos (le puedes decir qué canales y qué tipo de programas son tus favoritos), con imágenes y reseñas del programa, con su horario… y un botón para sintonizarlo. Sí, para eso sirve la banda de infrarrojos que antes comentábamos: hace las veces de mando a distancia, pero en plan personalizado, y con posibilidad de interacción con redes sociales. Muy interesante la idea.

Por lo demás, Android, con todo lo que conlleva. Te mete una pantalla lateral de BlinkFeed, pero puedes elegir cuál quieres que sea tu pantalla de inicio y, como siempre, qué iconos metes, dónde lo haces (dejando espacios en blanco) y widgets, benditos widgets. De un tiempo a esta parte Android incrusta en tu barra de notificaciones (que sigue siendo también mucho mejor que la de iOS) un menú de interruptores que sería genial poder eliminar o editar, algo que apps como Widgetsoid sí permiten hacer.

El dialer de HTC Sense es algo mejor que el de iPhone, pero mucho menos fluido a la hora de recuperar contactos, y la agenda no es una maravilla. Es mejor, eso sí, ya que integra con cierta elegancia las actualizaciones en redes sociales de los contactos y permite unir agendas de redes sociales. Y aquí otra gran mejora: la forma en la que busca contactos duplicados y enseña los que son y da la opción de vincularlos con dos clics. Apple, esto es un win, lo mires por donde lo mires, y una gran necesidad en todos los terminales.

Otra de las cosas que muchos Android tienen y iOS no es el uso de la tecnología NFC, que en este terminal –gracias de nuevo a Sense 6- tiene un uso muy ingenioso: permite que pases todos los datos de tu móvil viejo a este (contactos, música y demás) sólo haciendo que se toquen –si ambos tienen NFC, claro-. Hay cuatro opciones dentro de ajustes, otro HTC Android, cualquier otro Android (con la app HTC Transfer Tool), un iPhone (via Bluetooth o conectando HTC Sync Manager a iTunes) o todos los demás (con Bluetooth)

Como ves, un montón de pequeñas cosas muy bien pensadas, con lo bueno de un diseño atractivo y funcional y lo malo de las capas de personalización: no poder usar sólo lo que te interesa y desinstalar el resto.

En resumen

Es uno de los mejores, si no el mejor, teléfono que he podido manejar. Y lo digo con conocimiento de causa, ya que el móvil que suelo usar es un iPhone 5S cedido por Apple. Confieso que siempre he sido, al menos para móvil, de Android (en tablet no), y que la personalización de cada detalle (en el propio sistema y a través de apps y launchers), la gestión de multitarea y los widgets siempre han tenido un lugar destacado en mi corazón tecnológico. Ahora que Android es además estable y bonito, que –salvo un puñado de apps muy concreto- todo lo que está para iOS está para Android, y que encima tiene la capa de mejora de HTC Sense…

Quizá gente que use la cámara de forma intensiva encuentre deficiencias, o quien tenga en iTunes su tienda favorita, o quien prefiera un móvil más pequeño (yo soy de esos y en este caso el tamaño no me ha molestado). Pero yo si tuviera que comprarme un móvil ahora mismo sin mirar el precio optaría por este.

Al menos por ahora, veremos qué hay de nuevo en el mercado dentro de unos meses.

Especificaciones

- SO: Android 4.4.2 con HTC Sense 6

- Procesador: Procesador Qualcomm Snapdragon 801 de cuatro núcleos

- Tamaño: 146,36 x 70,6 x 9,35 mm

- Peso: 160 gramos

- Pantalla: 5 pulgadas Full HD 1080 p

- Conectividad: 4G, NFC, BT 4.0, WiFi, DLNA

- Memoria: 16 GB / 32 GB (ampliables a 128 Gb con MiniSD) y 2 Gb de RAM

- Cámaras:

> Principal HTC UltraPixel 4 mp, sensor BSI, tamaño del sensor 1/3”, f/2.0, objetivo de 28 mm, Full HD 1080p HDR

> Secundaria: capta la información de profundidad

> Frontal: 5 mp, sensor BSI, gran angular HDR, Full HD 1080p gran angular HDR

- Batería: Polímero de litio incorporada, 2600 mAh

Más, en la web oficial

Publicidad