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TU SMARTPHONE SABE SI (POR EJEMPLO) USAS CRECEPELO

Quién eres, qué medicinas tomas o qué comes: esto dice el rastro químico de tu móvil sobre ti

Los productos que consumes (alimentos, cosméticos…) dejan una huella química en tus manos y en la superficie de tu móvil que se puede analizar para saber muchas cosas sobre ti.

Una mujer habla por el teléfono móvil

Una mujer habla por el teléfono móvil Visualhunt

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Los rastros de sustancias químicas sobre la superficie de tu móvil dicen mucho sobre ti. Los medicamentos que tomas, los alimentos que comes, los cosméticos que utilizas... No sólo es posible emparejar a una persona con su teléfono en base a esta firma química, sino que además se pueden deducir muchas cosas sobre su estilo de vida.

Investigadores de la Universidad de California en San Diego han analizado los móviles de varias decenas de voluntarios mediante espectrometría de masas para comprobar que era posible averiguar el dueño de cada terminal con certeza. En un estudio publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' los científicos han demostrado que, tal y como suponían, cada persona tiene un conjunto de químicos muy personal entre manos.

“Si se miran las manos de un individuo, son únicas en el 99% de las casos investigados”, afirma Pieter Dorrestein, uno de los autores del estudio. Sabiendo esto, “en el 69% de los casos pudimos emparejar perfectamente el perfil químico, el perfil molecular, del teléfono con la persona a la que pertenecía”.

Solo “en dos casos” fueron incapaces de establecer claramente la diferenciación, siendo obvia la razón en uno de ellos: los sujetos analizados vivían en pareja.

Una mujer usando el teléfono móvil
Una mujer usando el teléfono móvil | Visualhunt

Sin embargo, lo más interesante del estudio no es, a juicio de los autores, la posibilidad de distinguir personas y asociarlas a un dispositivo en concreto. Para ellos, lo relevante es que son capaces de extraer un perfil bastante completo de cada individuo en base al rastro químico que deja sobre la superficie de su móvil.

“Puedes distinguir a los hombres de las mujeres”, ejemplifica el investigador. “Si después averiguas que usan protector solar, entonces te quedas con aquellos que tienden a moverse en exteriores”. ¿Estás luchando contra la calvicie a base de champús especiales? ¿Tomas antidepresivos? Tu móvil lo sabe y está dispuesto a airear tus trapos sucios.

A la luz de estos hallazgos, la información confidencial que almacenamos en nuestros smartphones ya no es la única que compromete nuestra privacidad. Comparando las muestras obtenidas con el espectrómetro de masas con las referencias de una base de datos de sustancias químicas se pueden conocer numerosos detalles de nuestras vidas que, tal vez justificadamente, preferimos no hacer públicos.

Según los propios científicos, su técnica se podría utilizar en escenarios tan diversos como las pesquisas policiales —para extraer pruebas de un móvil bloqueado más allá de las poco concluyentes huellas dactilares, que a menudo no casan con ninguna registrada de antemano—, controlar la exposición de la ciudadanía a ciertas sustancias contaminantes o comprobar si los pacientes están tomando su medicación antes de concluir que no ha surtido efecto.

Una joven con un teléfono móvil
Una joven con un teléfono móvil | Archivo

“Imagina un escenario en el que pertenencias como bolígrafos, llaves, teléfonos o bolsos de mano se encontrasen en la escena de una investigación”, plantean los autores del estudio. “Para el equipo que está tratando de seguir las pruebas hasta un individuo, a menudo es valioso comprender sus hábitos personales, incluso cuando no hay ADN disponible”.

Y no sólo eso: algunos de los químicos hallados sobre un móvil podrían conducir a los lugares donde su propietario ha estado previamente. La huella química, en muchos casos, no es algo que se borre con facilidad. Por ejemplo, los científicos de la Universidad de California en San Diego han encontrado rastros del repelente de mosquitos DEET más de cuatro meses después de que el producto fuera utilizado por el dueño del teléfono por última vez.

En tiempos de Google, Facebook y compañía, cada vez son menos los aspectos de nuestra vida que logramos mantener en privado. Ahora nuestro móvil se suma a chats, redes sociales y demás aplicaciones en la larga lista de chivatos que amenazan con desvelar nuestros secretos.

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