¿CÓMO SABER SI LO QUE TE DICE INTERNET ES MENTIRA?
¿Te la han vuelto a colar? Diez claves para detectar bulos en internet
Conspiraciones, soluciones mágicas contra el cáncer, mensajes encriptados, realidades sin mucho sentido... Si algo parece demasiado raro como para ser verdad, seguramente sea mentira.

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La llegada de la sociedad de la información ha propiciado un escenario en el que contenidos informativos de todo tipo y condición nos llegan por todos los canales imaginables. Si a esto le sumamos las evidentes censuras que muchos medios de comunicación han ejercido durante muchos años alrededor de según qué temas, internet es un terreno abonado para conocer informaciones distintas a las establecidas u 'oficiales'.
Sin embargo, hemos pasado de un extremo a otro: de ser una sociedad con poco acceso a la información hemos pasado a ser una sociedad rodeada de informaciones falsas que encuentran en internet su hábitat perfecto. Y ante esto, ¿cómo detectar un posible fake? Hoy te damos algunas claves para identificarlos:
1.- Busca esa imagen en Google. En los últimos años ha pasado mucho en España: fotos de policías pegando a manifestantes, pancartas delictivas adjudicadas a según qué movilizaciones, manipulaciones de todo tipo... Sin embargo, a veces esas imágenes pueden estar sacadas de contexto o, directamente, pertenecer a otro momento. Si te encuentras una imagen que describe una realidad polémica, insértala en Google Imágenes. De este modo, quizá descubras que esa foto en la que un ciudadano quema un contenedor no corresponde a la manifestación de ayer, sino a cualquier otro tipo de movilización que ocurriese hace años en cualquier otro lugar del planeta.
2.- Hay fuentes y fuentes. Vale, seguramente los medios tradicionales no hayamos contribuido en las últimas décadas a que se tenga una buena imagen de nosotros. Pero, dime, ¿a quién vas a creer? ¿A un medio de comunicación con cierto bagaje (y al que se le presupone cierto rigor) o a un blog que nació hace dos meses y que difunde informaciones, cuando menos, dudosas? Antes de dar por cierta una información, investiga quién la está aportando.
3.- Mensajes apocalípticos. De estos hay muchos. Cada vez que un mensaje de alerta viene iniciado por 'Esto se tiene que saber', 'Esto tiene que dar la vuelta al mundo' , '¡Despierta!' o cualquier otro eslogan alertador, el riesgo de fake se dispara. Si la información te alerta sobre una catástrofe de magnitudes estratosféricas (fumigaciones, atentados organizados a escala mundial, conspiraciones en la sombra...), es muy probable que sea mentira.
4.- 'Lo que los poderosos no quieren que sepas'. Otro clásico. ¿La información empieza con algo del tipo 'Lo que los políticos no quieren contarte' o 'Lo que los medios nos ocultan'? Entonces es muy probable que sea mentira. Los medios cometemos errores, quizá más de los que nos gustaría, pero las confabulaciones que sitúan a medios, políticos y no sé cuántos poderes fácticos más diseñando estrategias de control mundial y ocultando información esencial a los ciudadanos son poco creíbles. Muy poco creíbles.
5.- '10.000 veces más efectivo que...'. De estas te habrás encontrado muchas, pero la palma se la lleva el bicarbonato de sodio como remedio milagroso contra el cáncer. Evidentemente, nunca antes lo habías sabido porque hay muchas organizaciones (desde las farmacéuticas hasta los reptilianos pasando por los Power Rangers) que no quieren que descubras esta solución milagrosa que acabaría con su negocio para siempre. Además, estas terapias son siempre 10.000 veces más potentes que la quimioterapia. Ni 3, ni 512, ni 3.426,2; siempre es 10.000 veces más potente.
6.- Comprueba la información. Antes de creerte a pies juntillas lo primero que leas, comprueba que es verdad. Pero no lo compruebes preguntándole a tu vecino o al primer charlatán que veas por la tele, sino a un experto en la materia. Si la información es sobre enfermedades, pregúntale a un médico; si es sobre compuestos químicos, pregúntale a un investigador; si es sobre política, pregúntale a un periodista. Si cualquiera de estos rechaza tu tesis, por favor, no le acuses de estar a sueldo de no sé cuántas multinacionales secretas.
7.- ¿Se parece a algún bulo anterior? Lo malo de algunos fakes es que tratan asuntos muy temporales y, por tanto, tienen fecha de caducidad. Si te llega un mensaje de Whatsapp diciendo que va a ser de pago a menos que reenvíes ese mensaje a cinco personas hasta que el icono de tu perfil cambie de color, piensa: ¿no es una campaña idéntica a la que ya se dio con Facebook o con el Messenger?
8.- ¿Tiene escandalosos errores gramaticales? Esto puede parecer una tontería, pero no lo es en absoluto. Si el texto que lees es de difícil lectura o contiene muchos errores gramaticales, es meridianamente probable que sea una mala traducción de un original en inglés. Puede que el texto original diga exactamente lo contrario que lo que dice la mala traducción, aunque también puede que el texto original diga unas barbaridades de idéntico tamaño que las de la traducción que estás leyendo.
9.- ¿Te piden que lo reenvíes? Es uno de los mantras más repetidos. Da igual cuál sea la catástrofe o el hallazgo: pagar por el Messenger, salvar a un niño enfermo, encontrar la cura para el cáncer... lo importante es que reenvíes ese mensaje a tus contactos lo antes posible. Cuando estas cadenas se daban por email, el objetivo del remitente era hacerse con una jugosa lista de correos electrónicos a la que luego mandarles spam. Ahora, puede que el único motivo sea, simple y llanamente, reírse a carcajadas cuando compruebe los miles de personas que han caído en el tongo.
10.- Aplica el sentido común. A modo de conclusión. Por favor, la próxima vez que recibas una información que -cuando menos- sea dudosa, no la repliques como un papagallo. Ante todo, reflexiona: ¿tiene sentido? ¿Dónde puedo comprobarlo? ¿Con quién puedo hablar? Y, sobre todo, hazte todas las preguntas anteriores antes de compartir absolutas barbaridades.
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