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UN POQUITO DE NOSTALGIA GEEK

Diez cosas que se echan de menos de la tecnología viejuna

No vamos a decir que todo tiempo pasado fue mejor, porque no es así. La tecnología y su rápida evolución traen cosas fantásticas... pero también entierran antes de hora muchas que eran muy útiles. Aquí una recopilación.

Pantallazos del viejo WebOS

Pantallazos del viejo WebOS LG

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"Que paren el mundo, que yo me bajo", era lo que decía Mafalda en una de las geniales tiras de Quino. Y si el devenir de los acontecimientos le parecía mareante, a saber qué pensaría esa adorable mocosa irreverente de lo rápido que van los adelantos tecnológicos. Ojo, esto no es un artículo de abuelo cebolleta, pero convendrás conmigo en que con lo rápido que vamos corriendo en este sector parece lógico pensar que por el camino se queden utilidades la mar de prácticas.

Por ejemplo, el Remote de los Mac. No, la aplicación no, el mando. Anda y que no es bonito. Lo malo: que funciona con infrarrojos. Y hoy en día ninguno de los ordenadores de Mac lleva infrarrojos, y no resulta fácil ni práctico buscar adaptadores USB. El único aparato mínimamente moderno que funciona con él es el Apple TV, pero ningún mando inalámbrico para presentaciones es tan bonito y funcional como era el Remote. Sería tan genial tener algo así con conectividad WiFi y universal para todos los dispositivos...

Más ejemplos en el campo del hardware: los teclados físicos de los móviles. Molar no molaban porque ocupaban espacio que se quitaba de las pantallas, y no es que sea muy práctico escribir con un QWERTY de dimensiones reducidas... pero eso de poder escribir sin mirar la pantalla o sin borrar errores cada dos por tres porque tienes los dedos como un manojo de salchichas sí se echa de menos.

Aunque para echar de menos del campo de la telefonía, nada como la duración de la batería de los móviles. Vale que esto siempre se dice, pero no es lo mismo usar un móvil 2G con una batería de 900MAh que un smartphone de cinco pulgadas de pantalla con una de 2700MAh: una te duraba toda la semana y la otra a duras penas llega al final del día. Tanto progreso tecnológico y que aún nadie haya sido capaz de solventar esto...

Por cerrar el pack smartphone, una cosa que se echa de menos es el sistema operativo más bonito que se ha conocido, a pesar de que su nombre era feo con ganas: WebOS. El SO que puso en marcha Palm en su acercamiento al mundo de los smartphones era limpio, sencillo, intuitivo y atractivo... pero eso no fue suficiente para evitar su desaparición primero y la venta de sus patentes a LG después para aplicarlas a sus SmartTV. Ahora que LG son los que más fabrican para Google, y que cuentan con algunos dispositivos bastante funcionales, queda el deseo de esperar que resuciten su diseño para un entorno móvil con Android. Por soñar...

Y hablando de Google, por aquello de Android, ¿recuerdas cuando GMail era infinito? Bueno, nunca lo ha sido, pero en aquellos días en que Hotmail dominaba el mundo y apareció ese correo con más de un giga de capacidad, parecía que jamás o llenarías. Luego el espacio de almacenamiento fue multiplicándose, pero también los correos... y al final, en el golpe de gracia, Google decidió conectar todos sus servicios, lo cual es genial para muchas cosas... pero un horror para el almacenamiento: Gmail, Drive, G+ y esas fotos que caza automáticamente... Quién iba a decirnos que el infinito tenía un límite, ¿eh?

Sin salir del entorno de Google, y con la vista en su red social (sí, Google tiene una red social y tú estás en ella, aunque no lo sepas), qué bonitos eran los tiempos en los que sólo había un puñado de redes sociales y, con suerte, sólo estábamos en una. Porque sí, cada una aporta algo interesante y si quieres estar estás, y si no no estás... Pero quien más quien menos está en Twitter, Facebook, G+ (aunque sea sin saberlo), Instagram, Pinterest, Tuenti... o incluso en todas las anteriores y alguna más a la vez. De locos.

También se echa de menos una de las víctimas más llamativas de la gran 'G': Google Reader. No es que el lector de RSS fuera especialmente bonito, ni que los lectores de RSS al uso estén al día... pero era un estándar y, como tal, era cómodo. Tener que crear ahora una cuenta en Feedly, Flipboard o lo que venga el día de mañana será un auténtico horror, cuando todos esos servicios permitían conectar las fuentes que habías ido almacenando durante años en el Reader de marras.

No habría recopilatorio nostálgico sin pensar en los juegos. Que está muy bien eso de poder jugar en el móvil o el iPad... pero las consolas portátiles eran mucho más adictivas. Desde la Game Boy original (ese ladrillo de botones carmesí donde Mario era un píxel gordo con ojos) hasta la Nintendo DS y sus versiones del Zelda. Me perdonaréis, pero mientras el Fifa del iPad no sea algo mínimamente decente, los juegos de antaño para entornos portátiles me parecerán más entretenidos que los de las Stores móviles. Llamadme viejuno, tenéis permiso.

Y hablando de juegos, uno añora las cosas sencillas de aquellos PCFútbol originales, y aquellos juegos en que todo era accesible y editable. Ahora no puedes disputar un Mundial en tu Pro Evolution Soccer, ni cambiar demasiado los equipos. Aquí quien suscribe llegó a editar una Liga entera haciendo equipos con sus compañeros del colegio, amigos del pueblo y demás. Eso hoy es imposible ¿Que además de viejuno soy raro? Sí. Pero este es mi artículo y escribo lo que quiero.

Ahora es cuando ya termináis de matarme: echo de menos el Messenger. Y me explico. El Messenger como concepto, como casi primera red social, como plataforma sencilla de comunicación. Luego fueron complicándolo versión a versión, con emoticonos, login social y demás zarandajas que lo ralentizaron e hicieron inmanejable, pero aquello sí fue una revolución para los de mi generación. Vale, esto es muy 'noventa', no lo he podido evitar... quizá lo que uno echa de menos sea la adolescencia, vete tú a saber.

Y tú, ¿qué echas de menos?

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