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INVENTO ESCATOLÓGICO

Inventan una 'máquina de vomitar' para analizar cómo se transmite la gastroenteritis

Unos investigadores han creado un invento algo escatológico para conocer mejor la propagación del novovirus que provoca esta afección tan común.

Máquina de vomitar

Máquina de vomitar Grace Tung-Thompson / PLOS One

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El novovirus (o virus de tipo 'Norwalk') es el culpable de la gran mayoría de brotes de gastroenteritis por todo el mundo. La vía de contaminación suele ser fecal y oral y los efectos... no es necesarios describirlos, por ser de sobra conocidos y por no aumentar el nivel de detalles desagradables desde el principio.

Pero resumamoslo en breves pinceladas: unos alimentos contaminados, un cuarto de baño o unas manos sin lavar, cualquiera de estos escenarios son propicios para que te cace el virus. Pero los investigadores han añadido otro más, muy desagradable también: los vómitos. Sí, al expulsar alimentos por la boca se pueden propagar los novovirus como si fuera un aerosol, como si estornudáramos o tosiéramos.

Esto es lo que pensaba un equipo de científicos de la Universidad de Carolina del Norte, aunque faltaba demostrar si el vómito era capaz de producir esa “aerosolización”. Como hacerlo con personas era poco higiénico y desagradable decidieron fabricar una “máquina de vómitos”, con un sistema de propulsión similar al de los humanos.

La máquina era capaz de lanzar una mezcla alimenticia contaminada con el virus MS2, inofensivo para humanos pero de tamaño similar al de los novovirus. Ojo, aunque suene igual, no es lo mismo que MS-DOS, el antiquísimo sistema operativo de ordenadores.

Nada se dejó al azar, como por ejemplo las distintas viscosidades de la mezcla, dependiendo de las diferentes proporciones de alimentos que puede haber en un estómago, tanto sólidos como semilíquidos y líquidos.

Finalmente no se usaron trozos simulando comida (nos deja más tranquilos que no llegaran a ese ese extremo de realismo), aunque sí se tuvieron en cuenta la cantidad del aire presente en el estómago y la presión, además de la posición habitual que tiene el cuerpo al vomitar y también la longitud y el diámetro del esófago y la boca.

Es cierto que la forma de la máquina parece ridícula, tal y como aparece en el esquema del estudio publicado en 'PLOS One', en el que se muestra el complejo sistema de eyección que se coloca en la boca de una cara de arcilla.

La cara artificial, realizada a una escala de tamaño pequeña, se colocó en una caja de plexiglás transparente totalmente esterilizada. El resto os lo imagináis: hacer la mezcla, establecer la presión y -¡zas!- se lanza el vómito falso y se analiza el aire del espacio. En este vídeo de la 'BBC' podéis ver el aparato en acción.

Las conclusiones no son nada halagüeñas. En el mejor de los casos se encontraron 36 partículas virales campando a sus anchas por el ambiente, esparcidas como un aerosol. Y no es por alarmar, pero en el peor de los casos más de diez mil partículas podrían acabar volando por ahí. Solamente se necesitan de 20 a 1.300 partículas de un novovirus para infectar a un ser humano, así que más cuidadito al vomitar

Uno de los investigadores afirma que la aerosolización de los virus estomacales se hace de la forma que ellos sospechaban, por lo que hay riesgo real de penetración oral. O, peor aún, de que aterricen en mesas o pomos de las puertas y esperen agazapados unas días. Porque algo falta en la investigación: queda por analizar el tiempo que pueden permanecer las partículas en el aire y la distancia que pueden recorrer...

Hipocondriacos del mundo: tranquilizaos un poco, que la máquina de vomitar aún no ha terminado el trabajo. Es posible que pronto vuelva a la carga, en el más escatológico de los sentidos.

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