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REPUGNANTES PERO SOCIALES

Hasta las cucarachas tienen personalidad

¡Rápido, piensa tres adjetivos para las cucarachas! Asquerosas, repugnantes, inmundas… Seguro que no se te ha ocurrido ninguno bueno. Pues bien, podrías haberlas tachado de tímidas, agresivas, individualistas, audaces…

Hasta las cucarachas tienen personalidad

Hasta las cucarachas tienen personalidad G+J

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Ok, son repugnantes. Pero no podrás negar que son realmente fascinantes. Además de la famosa teoría de que si estallase una bomba nuclear serían las únicas que quedarían sobre la faz de la Tierra, ahora se une un nuevo descubrimiento llevado a cabo por un grupo de científicos de la Free University of Brussels: las cucarachas tienen personalidades, igual que los humanos.

En realidad no es extraño que los animales y los insectos en general tengan distintos rasgos que les definan, lo que ocurre es que nadie se había parado a estudiar a estos bichejos que todo el mundo odia. Por ejemplo, en 2012 se publicaba en la revista Science un estudio que certificaba que las abejas tenían distintas cualidades y que algunas de ellas eran mucho más aventureras que el resto. Vamos, como las Cristobal Colón o las Neil Armstrong o las Marco Polo del mundo de la apicultura.

Pero claro, demostrar este tipo de comportamientos en insectos sociales no es para nada sencillo… a fin de cuentas son todas oscuras, escurridizas y prácticamente iguales entre sí. Para comprobar que las cucarachas americanas también tenían estos rasgos distintivos el equipo de Isaac Planas-Sitjà, etólogo de la Free University of Brussels y sus colegas colocaron pequeños chips de identificación por radiofrecuencia en cada tórax de 304 cucarachas que les permitía controlar el comportamiento de cada bicho al colocarle en nuevos ambientes.

Los científicos dividieron los insectos en 19 grupos de 16 individuos (todos con cuatro meses para evitar posibles cambios de conducta generados con la diferencia de edad). Posteriormente pusieron una pequeña prueba con distintas zonas de mayor y menor seguridad para las cucas. Poco a poco las más intrépidas exploradoras iban colocándose en las zonas más confortables, mientras los investigadores analizaban cuánto tiempo tardaba cada una en acceder a esta cómoda zona.

El resultado demostró que, como ocurre con otras especies de insectos y mamíferos, las cucarachas también tenían su personalidad, más o menos tímida, más o menos aventurera. Mientras que las más miedosas acudían a la zona de seguridad en cuanto se les colocaba en su nuevo hogar, otras se dedicaban a explorar el entorno.

Eso sí, al final la influencia del grupo era mucho más importante que las preferencias de cada cucaracha individual. Pasado un tiempo, por muy intrépido que fuera el bicho, terminaba acudiendo a la “zona segura” con el resto de sus compañeras. En palabras del propio Planas-Sitjà, "Existe una dinámica colectiva, una influencia social, que acaba diluyendo las diferentes personalidades”.

Algo parecido ocurre con los humanos. En muchas ocasiones, aunque seas diferente de los que te rodean, acabas comportándote como ellos. O dicho de otro modo, el dicho “¿Dónde va Vicente? ¡Donde va la gente!” también es aplicable a animales muy simples como las cucarachas.

 

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