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UN AVE MUY PICARUELA

La brillante estrategia del pájaro ladrón que imita voces para robar comida

La revista Science publica un minucioso estudio sobre el drongo ahorquillado, un pájaro africano que es capaz de imitar los gritos de alarma de muchas especies y aprovechar su huida para robarles la comida… y que nunca descubran el engaño.

Drongo Ahorquillado

Drongo Ahorquillado Tom Flower

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Al drongo ahorquillado no le gusta trabajar para llevar comida al plato, prefiere coger la que atesoran los demás. Roba a otras especies, de todo tipo y condición. Eso sí, se emplea en la tarea desplegando grandes interpretaciones artísticas, mostrando un talento único en la naturaleza para timar una y otra vez a los demás. El drongo es capaz de producir sonidos de alarma de todo tipo, imitando las de otras especies o creando las suyas propias, para conseguir que echen a correr asustados, abandonando su cosecha.

La revista Science publica en su último número un detallado trabajo sobre este pícaro animal, firmado por el zoólogo de la Universidad de Cambridge Tom Flower, en el que explica los secretos de su técnica para mantenerlos a todos engañados todo el tiempo, algo que parecería imposible. En total, se registraron 51 tipos distintos de voces de alarma falsas, la mayoría propias de otras especies y seis de los propios drongos, y cada uno de ellos era capaz de reproducir entre 9 y 32 imitaciones diferentes.

Para que funcione, estos pícaros suelen convivir buena parte de su tiempo con sus víctimas, generalmente otros pájaros y hasta suricatos, tomando nota de su forma de avisar al resto de miembros de su especie ante amenazas inminentes. En algunas ocasiones, el drongo alza la voz de alarma cuando de verdad llegan depredadores, aves rapaces como azores o milanos.

Sin embargo, cuando se le antoja, el drongo pega un chillido imitando el que producen sus víctimas al asustarse, consiguiendo de este modo que abandonen despavoridos su comida.

El engaño es común en la naturaleza, pero las víctimas de engaño —hasta la más torpe de las especies— terminan por ignorar señales con las que les engañan cuando suceden con demasiada frecuencia. Como en la fábula de Pedro y el lobo, lo normal es que los estafados piquen una o varias veces, pero finalmente dejan de hacer caso del cebo.

En este caso, lo más sorprendente es que el talento del drongo está por encima de lo esperable. Para que los embaucados no caigan en la cuenta al ver que cada vez que oyen determinada voz se quedan sin comida, el drongo ha desarrollado una brillante estrategia. Es capaz de imitar toda una gama de voces distintas para que sus víctimas sigan picando sin darse cuenta de que es un vulgar imitador. Al no repetirse, no levanta sospechas.

Para obtener la información necesaria, Flower y sus colegas estuvieron observando la estratagema del drongo en el desierto del Kalahari durante casi 850 horas, para terminar registrando 688 robos protagonizados por 64 pájaros distintos.

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