¿Hay personas más sensibles a los malos olores?

A nadie le agrada el hedor de un cubo de basura pero ¿puede influir de forma distinta en cada persona que abre la tapa? Un estudio realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Cardiff y la compañía Balance Activ ha demostrado que sí, que en tema de olores no todos somos iguales.

Según explica a The Independent Andrew Smith, profesor del centro británico, los investigadores han analizado las reacciones de 2.000 personas de Reino Unido para descubrir que aquellos que experimentan habitualmente estados psicológicos negativos, como estrés, ansiedad o depresión, son más sensibles a los olores pestilentes. Esa mayor sensibilidad puede provocar a su vez que su estado de estrés crónico se perpetúe.

Los jóvenes y las mujeres son otros de los grupos a los que les afectan especialmente los peores aromas: casi dos tercios de las féminas confesaron que dejarían de relacionarse con alguien que emanara un olor desagradable, mientras que solo la mitad de los hombres actuaría de igual forma.

Eso sí, los varones exteriorizan más sus percepciones: se quejan más que las mujeres si sus narices les informan de que alguien no huele precisamente a perfume.

Smith asegura que estas diferencias en la sensibilidad y respuesta a los malos olores se deben en gran parte a presiones sociales como la necesidad de encajar en un grupo.