TecnoXplora » CienciaXplora » Divulgación

LAS HERIDAS EN LA ENTREPIERNA EN ALZA

Las guerras de Bush disparan un 350% las heridas en los genitales de los soldados

Los conflictos desatados en los últimos años en Irak y Afganistán han cambiado el tipo de peligros a los que se exponen las tropas. La mayoría de las lesiones se producen por artefactos explosivos, que afectan en numerosas ocasiones a la entrepierna de los combatientes

Soldados de EEUU

Soldados de EEUU antena3.com

Publicidad

El servicio médico de las fuerzas armadas de EEUU ha visto como en la última década, a partir de las guerras emprendidas por George W. Bush, el número de heridas de guerra en la entrepierna de los soldados se ha disparado por culpa de los artefactos explosivos de sus enemigos. Hoy por hoy, nada menos que el 13% de todas las lesiones recibidas en combate por los militares norteamericanos se producen en los que los médicos llaman la región genitourinaria.

Esto supone un formidable aumento del 350% sobre las cifras que venían siendo habituales durante los conflictos de la segunda mitad del siglo XX. Para ayudar a ubicar la dimensión actual del problema, en la Guerra Civil de EEUU este tipo de heridas no pasaban del 0,6% de las producidas en el campo de batalla.

La clave, lógicamente, se encuentra en la forma en la que le hacen la guerra a las tropas norteamericanas en estos teatros de operaciones. Los enemigos de EEUU en el terreno no entran en el cuerpo a cuerpo a balazos contra los marines y sus colegas: los rebeldes, talibanes, terroristas o como queramos denominarles prefieren servirse de los artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés). Todo tipo de bombazos y minas que causan destrozos a media altura y que merman la confianza de los soldados.

“En el escenario militar actual, los IED han superado con creces las heridas por arma de fuego para convertirse en la principal causa de todas las muertes relacionadas con el combate y ahora representan aproximadamente dos tercios de las heridas genitourinario. Por contra, las heridas por arma de fuego representan menos de una quinta parte de todos los traumas relacionados con el combate”, explican en un estudio recién publicado el equipo de médicos especialistas en tratar con soldados heridos.

A partir de las guerras de Irak y Afganistán, los médicos de EEUU han tenido que especializarse en el tratamiento de heridas en el pene, el escroto, la vejiga, los testículos, la uretra… Y tendrán que familiarizarse con la vulva femenina, advierten en el estudio, al levantarse el veto para que las mujeres entren en combate. Los autores del estudio pretenden llamar la atención sobre estos nuevos retos de la medicina de combate y sobre la importancia de tratar sus consecuencias.

“Los efectos psicológicos, hormonales, sexuales, urinarios y en la fertilidad de las lesiones genitourinarias pueden ser de por vida y devastadores. El impacto en la salud mental de los veteranos, sus matrimonios, sus relaciones sociales, capacidad de trabajo y la calidad general de la vida es inconmensurable”, resaltan en sus conclusiones. Quizá estas nuevas heridas de guerra hayan influido en que se hayan disparado los suicidios entre los veteranos en este mismo periodo de tiempo, como se ha publicado esta semana en un informe de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU.

Por otro lado, la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, acaba de hacer público su informe “La Guerra del Golfo y la Salud: Efectos a largo plazo de las explosiones” en el que relatan que el escroto es el órgano genitourinario que sufre heridas con mayor frecuencia y que el 83% de las lesiones escrotales fueron causadas por explosiones.

El informe resalta que estas lesiones han aumentado desde que llegaron nuevos soldados a Afganistán en 2010: “El incremento se debe en parte a la naturaleza de las operaciones de combate en Afganistán, donde el terreno requiere que las tropas realicen más patrullas a pie, donde corren especial riesgo de ser heridos por las explosiones de IED ​​y sin la protección de un vehículo blindado”.

El informe también se centra en la necesidad de analizar mejor las consecuencias de estas heridas y la forma de subsanar en la medida de lo posible sus efectos: “Por ejemplo”, relatan sus autores, “si un soldado tiene una lesión aguda a causa de la explosión, perdiendo ambos testículos y sufriendo un traumatismo en el pene que provoca daños en la uretra, tendrá problemas permanentes a largo plazo con hipogonadismo, infertilidad, disfunción miccional y disfunción erectil”.

Publicidad