Los científicos se fijan en el algodón de azúcar para crear vasos sanguíneos artificiales

La impresión 3D ya permite reproducir en el laboratorio algunas de las estructuras del corazón gracias a la utilización de una especie de tinta biológica. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos ha utilizado un método más sencillo y barato para para crear redes de vasos sanguíneos artificiales: una máquina de fabricar algodón de azúcar.

Según indican en su estudio, publicado en ‘Advanced Healthcare Materials’, pensaron en estos aparatos porque son capaces de producir finas hebras de la golosina de manera rápida y eficiente, así que, ¿por qué no utilizarlos para fabricar capilares?

Para obtener las complejas estructuras, utilizaron PNIPAM, un polímero inocuo que es soluble a temperatura ambiente, pero insoluble a más de 32° centígrados. Lo introdujeron en la máquina, como si fuera la pasta para producir algodón de azúcar, y fabricaron así finas estructuras muy similares a un sistema natural de vasos sanguíneos.

Después, recubrieron estas microfibras con una gelatina de hidrogel que contenía células vivas sustraídas de capilares. Los hidrogeles son sustancias formadas por cadenas de moléculas que absorben y almacenan agua: se solidifican rápidamente y permiten que disoluciones (como sangre y nutrientes) pasen a través de sus paredes.

Una vez el material biológico se estabilizó, colocaron las estructuras a temperatura ambiente para que el PNIPAM se disolviera, quedando sólo el entramado de células vivas.

Los científicos quieren mejorar la técnica y adaptarla a diferentes tejidos y tipos de células. “Nuestro objetivo es que otros investigadores puedan utilizar este método ‘low cost’ para crear los sistemas vasculares presentes en los órganos”, asegura Leon Bellan, autor principal del estudio.