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EL ASTRONAUTA LE REGALÓ POLVO LUNAR

Esta mujer ha demandado a la NASA para que no le quite un regalo de Neil Armstrong

Laura Murray quiere asegurarse la propiedad de un frasco con polvo lunar en su interior que le regaló, cuando contaba solo con once años, el mismísimo Armstrong.

Neil Armstrong era amigo del padre de Murray

Neil Armstrong era amigo del padre de Murray Wikimedia Commons

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Quien más y quien menos atesora, guardado como oro en paño, algún objeto de la infancia que merece un rincón especial en el cajón de nuestra memoria. Sin embargo, ninguno de esos cachivaches que conservamos se acercan en espectacularidad al pequeño frasco que guarda Laura Murray: con la apariencia de un bote con arena en su interior, Murray tiene en realidad una pequeña muestra de polvo lunar.

El material espacial llegó a las manos de Murray cuando ella solo tenía 11 años. Fue el mismísimo Neil Armstrong quien le obsequió con este frasco, acompañado con un mensaje: “Para Laura Ann Murray. La mejor de las suertes, Neil Armstrong, Apollo XI”.

Ahora, la propietaria de esta singular reliquia, ha demandado a la NASA para asegurarse de que el frasco con polvo lunar seguirá en sus manos. Si bien la agencia espacial estadounidense no ha hecho por el momento ningún intento de recuperar la muestra traída por Armstrong del satélite terrestre, Murray y su abogado temen que tarde o temprano intenten confiscarle la muestra.

De hecho, si bien no hay ninguna ley estadounidense que prohíba a sus ciudadanos poseer muestras lunares, la normativa de la NASA sí parece clara a este respecto: “Las muestras lunares son propiedad del gobierno de Estados Unidos", reza el manual de la agencia en lo relativo a la distribución de muestras lunares. “Es política de la NASA que el material lunar sea usado solo para fines autorizados”, sentencia la normativa.

Ahora, y con la nota autografiada de Armstrong como prueba de que la muestra lunar es un obsequio y no un objeto robado a los Estados Unidos, Murray intenta asegurarse la propiedad de un bote muy especial (y espacial) que encontró hace solo 5 años, al fallecer sus padres, y que le llevó a ese día de la infancia en el que un hombre bajó de la Luna para hacerle un regalo sin igual.

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