Aznar tiene pocos apoyos en su partido, menos aún que 'El sueño de Morfeo' en Europa o Rubalcaba en las encuestas, y muchos de los fieles que desfilaron con él por el Escorial están imputados o desfilan por otros patios menos glamurosos. Pero aún le queda algo de la luz que le pagó Correa para iluminar los problemas capitales del país.

Parece que Aznar se echa en falta y ya no necesita armas de destrucción masiva para intervenir en un país. Su sentido del deber le anima a amagar con su vuelta, para disgusto de un Rajoy que acumula este año menos éxitos que Mourinho.  Al menos, con la vuelta de Aznar, musa de Urdangarin para sus humoradas, hay alguien que podrá descansar, y es nuestro gran protagonista siempre ausente: ¡Barcenas!

Hoy, con un poco de suerte no tendremos tiempo para ti, Luis. Artista, aprovecha el día libre para presentarle a tu cajero los donantes del partido.