La Stampa, Bild, Paris Match, Time, Le Monde, hasta The Financial Times, tanto la prensa sensacionalista como la más seria dedican artículos a su relación con el rey de España. Y entonces los españoles empezamos a conocerla.

Nacida Frankfurt hace 48 años, pasó su infancia viajando con su familia por Europa y América. Por eso habla alemán, inglés, francés, portugués y español. Se ha casado, y divorciado, dos veces; la segunda con un príncipe alemán de quien conserva el título nobiliario.

En Mozambique fue donde el rey conoció Corinna en 2004, durante una cacería.  Ella trabajaba como organizadora de safaris de lujo. Fue el comienzo de su amistad y el primero de muchos viajes privados de este tipo en los que coincidieron.

Según la revista Vanity Fair, el rey le encargo una misión muy personal: organizar la luna de miel de los príncipes de Asturias en 2004.

Un año después, Corinna monta su propia empresa: Apollonia Associates. Aprovecha sus amistades entre importantes hombres de negocios y hombres de Estado, como Don Juan Carlos, para convertirse en comisionista. Es decir: poner en contacto a empresarios con mucho dinero para montar negocios por todo el mundo.

Corinna también habría asumido otra tarea complicada: buscarle trabajo a Iñaki Urdangarin en la fundación Laureus. Lo dicen varios emails entregados por su ex socio, Diego Torres y lo confirmó también ella misma.

Corinna llega hasta el Parlamento. Izquierda Plural pregunta al Gobierno si la amiga del rey ha vivido en la Angorrilla, una lujosa casa muy cerca del Palacio de la Zarzuela. El Gobierno niega que se haya alquilado para los fines y personas a quienes se refiere la pregunta.

Las informaciones obligan al director del Centro Nacional de Inteligencia a comparecen en el Congreso. La comparecencia del general Félix Sanz Roldán es secreta y los diputados tienen prohibido revelar qué contestó sobre los vínculos de Corinna con España. 

Ahora la princesa Corinna asegura que su vida se ha convertido en una pesadilla de desconocidos llamándole al teléfono, invasiones de la intimidad. Para ella, "ser mujer y encima rubia complica aún más las cosas".