Cada verano Ángel Ojeda, dueño de varias empresas, celebraba una gran fiesta en su casa hasta que fue detenido por la Policía. Pasó dos días en el calabozo y salió imputado. Sus empresas facturaron cerca de 50 millones de euros a la Junta de Andalucía para cursos de formación y la Justicia investiga si se quedó con una parte de ese dinero.