Las vacunas están más cerca que nunca y la Unión Europea ya prevé que a finales de año pueda comenzar la campaña de inoculación. Después de que Reino Unido y EEUU hayan iniciado las inmunizaciones de la población de riesgo, han surgido más interrogantes.

En concreto, después de que dos de los vacunados en Gran Bretaña hayan experimentado reacciones alérgicas al compuesto de la vacuna. En la revisión realizada por el regulador estadounidense se reportó que el 63% de los participantes que recibieron la vacuna tuvieron reacciones alérgicas potenciales de cualquier enfermedad, frente al 51% de aquellos que recibieron un placebo.

Es por esto que las autoridades de este país han recomendado que las personas con un historial de alergias graves a alguno de los componentes de la vacuna no se la pongan. ¿Pero cuál es la receta de la vacuna para saber si nos la podemos poner?

Ingrediente activo

El ingrediente principal es el mRNA, la molécula que lleva las instrucciones para que nuestro cuerpo fabrique la proteína-pincho o espícula del coronavirus, la misma que utiliza para adentrarse en nuestras células. La idea es que si el sistema inmunitario es capaz de construir anticuerpos que la bloqueen, éste no será capaz de introducirse en nuestras células, multiplicarse y provocar la enfermedad.

Esta molécula es sintética, fabricada por los científicos, y puede superar las defensas del cuerpo y al mismo tiempo estimular el sistema inmune. Sin embargo, es muy frágil y por eso ha de conservarse a bajísimas temperaturas: de 70ºC bajo cero.

Lípidos

Además, estas moléculas han de ser conservadas en unas esferas de grasa de un tamaño similar al del coronavirus -100 µm-. ¿Cuál es la combinación de estos lípidos? El principal es el ALC-0335 y esto se debe a que es ionizable: se le puede añadir una carga eléctrica positiva. Como el ARN tiene carga negativa, se mantienen unidos.

Este es el componente del que los científicos sospechan como causante de las reacciones alérgicas y de los efectos secundarios de la vacuna.

Los otros lípidos, entre los cuales se encuentra la molécula colesterol, están para dar integridad estructural a las partículas o evitar que se aglutinen. Todo esto se mezcla con el ARN en una mezcla burbujeante que la FDA describe como líquido congelado de "blanco a blanquecino".

Sal, azúcar y agua

La vacuna de Pfizer contiene cuatro sales. Una de ellas es la típica sal de mesa con la que se condimenta la comida. Las cuatro forman una solución salina tamponada con fosfato, PBS, que sirve para mantener el pH (acidez) de la vacuna en niveles similares a las del cuerpo de una persona.

¿Por qué es importante mantener unos niveles similares? Porque las sustancias con una acidez incorrecta pueden dañar las células o degradarse rápidamente.

Además, la vacuna cuenta con azúcar, un anticongelante natural, que permite que las esferificaciones con el RNA puedan congelarse a -70ºC.

Asimismo, el compuesto tendrá que estar disuelto en agua con sal, ya que se pretende que el nivel sea similar al del contenido en sal de nuestra sangre.

Y eso es todo. Ni microchips ni conservantes. Esto último, muy polémico y sobre lo que Pfizer ha hecho mucho hincapié: en otras vacunas se utiliza un conservante conocido como timerosal, que contiene mercurio y mata cualquier bacteria que pueda contaminar los viales. Este componente de las vacunas es el que lleva a muchos negacionistas a afirmar, falsamente, que las vacunas causan autismo.