"Las bacterias ya están actuando y lo que se hace durante todos los días es echar agua por encima para reactivar y mantener viva esa bacteria y así los que lo hagan mal el olor sea de menta-limón", explica Ernesto Gasco, concejal.

La bacteria va incluida en una sustancia que diluida en agua ya se ha esparcido por rincones estratégicos de la ciudad. Esta semana, en lugar de ese olor tan característico similar al amoníaco, en San Sebastián olerá a limón.

"A ver si consiguen alguna cosa, porque aquí no hay nada que hacer", "está muy bien a ver si así no se llena todo de orines", explican los vecinos a favor de esta nueva campaña contra los que orinan en la calle.

"En la calle, cierra el grifo". Es el lema de la campaña que no es para ahorrar agua.  Es para recordar algo tan obvio como que está prohibido orinar en la calle. Se dirige sobre todo a jóvenes ya  hombres.

"Es un llamamiento a la educación y al civismo, sobre todo en los hombres para reducir, durante la temporada de fiestas, que la gente no orine en la calle", explica el concejal.

Calles sucias y malolientes, molestias para los vecinos y daños en los edificios. El problema se considera como uno de los grandes males de la fiesta donostiarra.

El Ayuntamiento recuerda que habrá 180 váteres públicos. Se trata de que nada empañe siete de días de música, fuegos artificiales y mucha diversión.

Una fiesta que surgió hace dos siglos como forma de entretener al turismo de élite que entonces veraneaba en San Sebastián. No sabemos si por entonces ya sufrían los efectos de la falta de civismo urinario de hoy en día.