Sólo cinco meses después de su viaje a Sudáfrica, en diciembre de 1998, el matrimonio Bárcenas se embarcaba rumbo a Jordania.
Cinco días a todo tren en los que no faltaron restaurantes, visitas a las maravillas del mundo y habitaciones suite deluxe en las tres ciudades más importantes del país.

Pero los Bárcenas no son unos turistas cualquiera. En su viaje entraba una romántica barbacoa para dos  en pleno desierto de Wadi Rum.

Todo ello costó 2.712 dólares o, lo que es lo mismo, unos 1.600 euros. Y eso que disfrutaban de un precio reducido, al hacerse pasar por directivos de Pasadena viajes, la principal agencia relacionada con la trama Gürtel. En marzo de 1999, el matrimonio Bárcenas se va al Palace. Pero no el de Madrid, sino en Suiza.

Uno de los hoteles más lujosos de Berna. Aquí dejaron hasta 900 euros diarios sólo por alojamiento y desayuno. Que multiplicado por los cinco días que estuvieron, hace un gasto de más de 4.000 euros. Ese mismo año, en julio, el destino elegido para su escapada fue Perú.

Se alojaron en las suites más altas de los hoteles para no perder detalle. Sólo por ello pagaron una reserva de más de 300 euros.
Un presupuesto que se aprobó bajo la supervisión de Francisco Correa.

Pero a esa cifra hay que sumar vuelos a Lima, a Cuzco y un helicóptero a Machu Pichu, para ver el antiguo poblado andino a vista de pájaro. En total, cuatro viajes de alto standing en sólo dos años. Un lujo que sólo algunos pueden permitirse.