En Cataluña hay unas 40.000 viviendas vacías en manos de la banca y la Sareb, según datos de la Generalitat. “Las mobiliarias han tenido que traspasar a los bancos algunas de las viviendas que no han podido vender”, ha dicho José García Montalvo, catedrático de economía de la UPF.

Su plan para reactivar la compraventa de estos inmuebles pasa por un impuesto que grabaría a las entidades financieras. Con lo que se verían obligadas a pagar por cada metro cuadrado.

"Esta es una medida largamente reivindicada por la ciudadanía por diversas administraciones locales que están convencidas de que la vivienda es una necesidad básica que ha que poder atender", Santi Vila, consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat.

Los bancos deberían aportar entre 850 y 1.650 euros al año de media, dependiendo de los metros cuadrados de superficie. El plan afectaría a unas 15.00 viviendas situadas en alguno de los 70 municipios con más demanda. La Generalitat defiende que la medida no tiene afán recaudatorio.

"La medida tendrá estrictamente una vocación de estímulo en la medida que, si permite o facilita que las diversas entidades financieras o mercantiles con vivienda lleven a cabo el poner a la disposición de la ciudadanía vivienda de alquiler van a recibir bonificaciones que les van a ahorrar este impuesto", ha expresado Villa.

Pero la Plataforma de Afectados por la Hipoteca cree que llega demasiado tarde. "Dicen que hasta 2015 la medida no se implementará y además es mucho más que insuficiente, esta medida impone multas como máximo entre 800 y 1.500 euros por piso vacío de cada entidad financiera, cosa que es una miseria. No les hace no cosquillas a los bancos", ha dicho  Ada Colau, de Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

Mientras que los expertos mantienen que hay que tomarlo con cautela. "Habrá que ver si efectivamente es legal porque lo normal sería que esa medida sea impugnada por es en algún sentido a tentativa contra la propiedad privada", ha dicho José García Montalvo.

El precio de la vivienda en Cataluña ha bajado hasta un 45% en los últimos años para intentar impulsar su actividad.