En julio de 2020 y tras dos meses de encierro por el coronavirus, se comienzan a levantar las restricciones y la droga vuelve la calle. En el barrio más cosmopolita de la capital, la Policía pone el foco en un inmueble, ya que sospecha que dentro está el narcopiso más activo de la zona: se trata de la casa de Rafael Amargo.

Así la Policía decide pinchar el teléfono al bailaor. "¿Cuánto cuesta?", se escucha decir a una voz en una conversación a lo que supuestamente Rafael Amargo responde: "Setenta, y tengo lo que necesites". "'Cubita' es de confianza. Va a por la sustancia. Ya tengo el popper. Cubita te lleva ocho botes y tú le das uno de lo otro y 30 euros", afirma presuntamente el bailaor durante la conversación telefónica.