No se sabe cómo sería la Constitución en una III República, eso sí, podemos hacernos una idea mirando las otras constituciones de las dos repúblicas que ya hemos tenido. Así que si la lluvia y los 'morlocks 'lo permiten, nuestro Españolisto vuelve a viajar en el tiempo, la primera parada la hace en 1873.
Este año se proclamó en España la I República, pero está claro que pagamos la novatada. Fue un fracasete interesante, duró menos de dos años y en sus primeros once meses tuvo cuatro presidentes del ejecutivo. Su proyecto de Constitución ni siquiera entró en vigor, según parece, fue redactada en menos de 24 horas por Emilio Castelar, e incluía a Cuba y Puerto Rico como estados de la nación, para desgracia de las playas de Torrevieja.
Además, el Congreso y el Senado deberían ser renovados por completo cada dos años y considerando que tenía que haber un diputado por cada 50.000 almas habríamos acabado todos por el hemiciclo. Era una Constitución bastante marciana, por eso no cuajó.
La II República, la de la bandera roja, amarilla y morada, sin embargo, sí que tuvo una más de este planeta. Introdujo las autonomías, el sufragio universal, incluido el femenino, creó un tribunal de garantías constitucionales, implantó una enseñanza completamente laica, eliminó las subvenciones a la iglesia, impuso a todas las religiones las leyes tributarias del país y estableció la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
Así han sido las dos repúblicas que ha habido en España. Podríamos viajar al futuro para comprobar si no habrá dos sin tres o para saber si nos quedaremos como estamos, pero eso otro día, por hoy ya hemos tenido suficiente.