La primera prueba fue la visita de la presidenta del país que puesto en evidencia al papa en varias ocasiones. Una de ellas, fue el beso en agradecimiento de Francisco a Cristina Fernández de Kirchner . “Nunca me había besado un papa”, comentaba. Otra, fue la petición de que mediara en las Malvinas.

La segunda prueba de que los argentinos quieren acabar con el papa es la noticia publicada por los medios del país de que tenía una novia a los 12 años.

La tercera prueba para acabar con su reputación fue desvelar que es hincha San Lorenzo de Almagro con una canción.